Cuando se habla de la caza es muy fácil hacer demagogia. Es hora de ser realistas y tratar el tema sin radicalismos. La realidad de la caza es algo más complejo que decir ???caza sí??? o ???caza no???. Para hablar de caza hemos de partir de que, por mucho que esta actividad implique la muerte directa de gran número de animales, su ejercicio no constituye el acto más grave contra la Naturaleza de cuantos nuestra civilización practica. Los defensores del patrimonio natural hemos de reconocer que esta actividad tiene aspectos beneficiosos. El primero es la contribución de la regulación de las poblaciones en equilibrio con su hábitat. Asimismo, debemos tener en cuenta que de no ser por la caza los mejores paisajes de nuestro país, que se han conservado gracias a estar declarados como cotos, habrían desaparecido.
A pesar de lo anterior, la caza tiene sus contraindicaciones ecológicas, que aún impactando menos que otras actividades forestales, industriales o urbanísticas, deja huellas en la Naturaleza. No obstante, cuando la caza se practica racionalmente puede equipararse a la gestión forestal. No se cortan los bosques sino el volumen de madera que una masa forestal es capaz de producir cada año. Las especies cinegéticas suelen tener un potencial reproductor alto, de manera que aunque se cacen su número nunca es mucho menor del que cabría esperar en condiciones naturales.
Lo cierto es que el futuro de la actividad cinegética depende de la conservación de los recursos y del mantenimiento de un entorno sin contaminar. De esto se deduce que el verdadero amante de la caza ha de ser un buen conocedor de la naturaleza y sus leyes y estar a favor de la renovación de la vida. No se trata de satanizar o prohibir esta actividad en nombre del conservacionismo, sino de ecologizarla.
Julen Rekondo
La realidad de la caza es algo más complejo que decir ???caza sí??? o ???caza no???.
Que gran verdad…..buena frase. Egi santua.