Aparte de esperar a que llegue el frío para poder cazar los jabalíes “como Dios manda” los cazadores de mayor tenemos varios problemas que nos castigan injustamente.
Cuestiones derivadas de daños en los cultivos producidos por especies cinegéticas, como accidentes de carretera, azotan a un sector, que curiosamente se demuestra como la única herramienta para evitarlos.
Parece mentira que dirigentes políticos miren hacia otro lado ante las reivindicaciones justas de los cazadores de jabalí, que aparte de practicar su afición, solo pretenden evitar daños a agricultores y accidentes de tráfico.
¿Cómo pretenden los políticos solucionar sus problemas derivados de una sobrepoblación de jabalíes? Porque la responsabilidad es suya de nadie más.
Los cazadores no pueden seguir encontrándose con un frontón, cuando proponen soluciones a la administración para evitar que los daños en la agricultura se multipliquen.
Sobre todo cuando son los cazadores quienes pagan estos daños con dinero de su bolsillo.
Resulta curioso que quienes son la única solución demostrada para combatir la superpoblación de jabalíes, tengan que ser los paganos de los daños que estos producen. Dicen que está escrito en la Ley de Caza. ¿Pero qué ocurriría si nosotros no cazamos? Quienes gobiernan deberían de reflexionar ante esto.
No es la primera vez que escucho que los cazadores de mayor terminaremos cobrando por cazar. Los problemas del relevo generacional son importantes en la caza y nadie hace nada por evitarlo.
Todo son trabas para que un joven pueda acompañar a sus padres al monte a cazar hasta que no cumpla la edad mínima para obtener la licencia de caza. Y los políticos siguen sin escuchar a los cazadores.
Esto se acaba compañeros, un servidor supera ya las 7 décadas y veo desde hace tiempo que la edad media de nuestro colectivo sube año tras año. Ojala me equivoque, nada me gustaría más.
Mientras los políticos sigan viéndonos como un problema, más que como una solución, los cazadores estamos condenados a seguir siendo los paganos de una historia que solo es responsabilidad suya. Mientras nosotros cargamos con las consecuencias de su falta de gestión.
Quizás esa solución se encuentre en que los animalistas se encarguen evitar que las poblaciones de jabalíes aumenten en Euskadi. O algo mejor… Que sean ellos quienes se hagan cargo de los daños que los jabalíes realizan a los ganaderos y agricultores