Después de una jornada cinegética, meditas, piensas y reflexionas… Lances vividos, experiencias, instantes, que se pasan por la retina al igual que una instantánea. Son fotografías para el recuerdo, de esos momentos únicos vividos en plena naturaleza.
A mí siempre me queda esa espina de recoger esos momentos y plasmarlos en una imagen, ya no solo poder disfrutar de la caza menor con mis perros, si no de poder admirar la naturaleza en estado salvaje y poder capturarla “en el objetivo cinegético”.
La fotografía de caza siempre me llamo mucho la atención, poder tener un plus más en mis incursiones en el medio natural y aprender de estas.
No es simplemente apretar el disparador de mi cámara, es armarse de paciencia, de descubrir carencias, horarios, luces, acondicionar y aclimatar un largo etcétera que se coloca detrás de cada instantánea.
Hide y charquito – Zona de caza fotográfica
Un espacio habilitado donde gesto la mayoría de mis instantáneas, cuidado al milímetro, con prospectivas de luces y posiciones.
Agua, alimento y cobijo trabajado con esmero, para poder capturar la flora y fauna en todas sus facetas en cualquier día del año.
Conejo parásitos
Aún ya pasada la temporada de descaste de conejo, que tanto acusa a nuestros cultivos, se dejan ver y fotografiar alguno que otro conejo. Es poco usual ver alguno de estos libre de los engorrosos parásitos que les acompañan día y noche.
Conejo cagarrutero
Una imagen vale más que mil palabras, el campo nos habla y nos dice, en esta podemos comprobar la gran densidad de roedores en la zona, pese a que solo hay uno de ellos en la imagen.