El atún rojo es una especie sorprendente en muchos aspectos. Los adultos llegan a pesar 300 kilos, tienen sangre caliente y son capaces de nadar a 70 kilómetros por hora. No solo eso, sino que ha demostrado una envidiable capacidad de recuperación. En 2006, tras décadas de sobrepesca, y cuando sonaron todas las alarmas por la creciente demanda de sushi, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) fijó un plan de recuperación que redujo la cuota de captura -ha bajado de 32.000 toneladas en 2007 a 12.900 en 2014-, la capacidad de la flota e impuso una talla mínima de 30 kilos para pescarlo. Pese a repetidos anuncios catastrofistas sobre el plan, ha funcionado.
Es larga la historia de este “gran rojo”, tan larga como la de los arrantzales de nuestros puertos más antiguos. La flota de Hondarribia, juntamente con la del puerto de San Juan de Luz, fueron durante muchos años los únicos en toda la cornisa cantábrica que se dedicaron a la captura del atún rojo o cimarrón, comenzando las capturas el mes de junio y finalizando las campañas hacia mediados del mes de noviembre.
A comienzos de la década de los setenta, grandes buques palangreros japoneses fueron detectados frente a nuestras costas, con kilómetros y kilómetros de aparejos de pesca desplegados para capturar el atún rojo, que era en aquél entonces fuente principal de ingresos para nuestra flota. No tardaron en reaccionar los arrantzales de algunos de nuestros puertos, como los de Hondarribia, Getaria y otros del País Vasco que capturan regularmente varios miles de toneladas durante la campaña de verano, y hacer que los grandes palangreros japoneses pusieran rumbo a otras aguas. Batalla ganada.
La captura del cimarrón llevada a cabo por la flota vasca se ha desarrollado siempre a la modalidad de caña con cebo vivo, que garantiza la sostenibilidad del recurso gracias a su selectividad y nulo descarte.
Valor en alza
Con el paso de los años, esta especie ha ido ganando valor en el mercado a pasos agigantados, más en el mercado internacional y, concretamente, en Francia y también en Japón. Hasta el punto que la industria japonesa se instala en la parte sur de la península y flotas de barcos de cerco de distintos países, que no se dedicaban antiguamente a la captura de esta especie, comienzan su actividad en el Mediterráneo de una manera brutal.
A principios de la década de los noventa, ICCAT (International Commission for the Conservation of Atlantic Tunas), que es el organismo encargado de la conservación del atún rojo del Atlántico y Mediterráneo, motivado por el gran interés en tomar parte en la captura del atún rojo por parte de países como Francia, Italia, Turquía, Croacia, Malta, y los situados en la cuenca mediterránea de la costa africana, como Libia, Argelia, Túnez, Marruecos y alguno más, lleva a cabo la distribución a los distintos países del TAC de atún rojo (Total Admisible de Capturas), en función de los datos históricos con los que contaba en aquel entonces cada país. Al Estado Español le correspondió aproximadamente una cuota de 6.600 toneladas, gracias mayoritariamente a las capturas históricamente realizadas por los barcos de la costa vasca y las almadrabas del sur de la península, cuota suficiente teniendo en cuenta la flota que por aquél entonces se dedicaba a esta pesquería.
Es tal el valor económico que va alcanzando este producto en los mercados, que la flota cerquera del Mediterráneo, opta juntamente con la industria transformadora por la creación de las granjas de engorde para el atún rojo en diversos puntos del mar Mediterráneo, atún rojo procedente de los buques cerqueros, españoles y franceses mayoritariamente, junto con algunos buques también de otros países, que introducen sus capturas en las citadas granjas, para engordarlas en sus instalaciones y ofrecerlas al mercado cuando obtienen el tamaño y nivel de grasa idóneo para los distintos mercados.
Sobreexplotación
Es en este momento, a raíz de la creación de estas granjas de engorde del atún rojo, cuando se origina la sobreexplotación de este recurso, sin capacidad de control de capturas, ni tamaños, ni descartes. Es entonces cuando comienza a darse las operaciones de pesca fraudulenta, ilegales, sin capacidad por parte de las distintas administraciones, ni de ICCAT, de poner fin a tal masacre.
Es en el seno de esta organización (ICCAT) donde se toman medidas para preservar esta especie. En el año 2006, tras fuertes presiones y en vista de los informes negativos del Comité Científico sobre la situación caótica del stock del atún rojo en el Mediterráneo, se pone en marcha el Plan de Recuperación del Atún Rojo, adoptándose una serie de medidas.
Entre otras, dos de las medidas adoptadas para intentar la recuperación del atún rojo, fueron la disminución de cuota para cada estado y la prohibición de capturar atunes menores de 30 kilos.
El plan de recuperación del atún rojo se marcó como objetivo tener un 60% de probabilidades de conseguir en 2022 el “rendimiento máximo sostenible de la especie” -lo que implica pescar 50.000 toneladas sin afectar a la población-. Ahora, el comité de ICCAT afirma que manteniendo las cuotas, algunos modelos dan que la recuperación se podría alcanzar antes, en 2016.
Respecto a la incidencia que han tenido en nuestra flota estas dos medidas, hay que señalar que, al reducir la cuota al Estado Español, la administración española ha tenido que hacer un nuevo reparto de su cuota a los distintos segmentos con los que cuenta: flota de cebo vivo del Cantábrico, que es la nuestra (43 barcos), cerqueros del Mediterráneo (6 buques con puerto base en L’Ametlla de Mar), palangreros del Mediterráneo, flota del Estrecho y las almadrabas.
Es en el momento de repartir la cuota internamente a nivel de España, cuando la flota vasca consideró que salió seriamente perjudicada, sin que la administración española tuviera en cuenta que nuestros barcos, junto con las almadrabas, son los que en su día contribuyeron a que el Estado Español obtuviera un cuota de 6.600 toneladas y, sin embargo, una flota como la de los cerqueros, con infinitamente menor presencia en aquellos años, fue premiada en perjuicio nuestro.
Por otro lado, destaca la medida de prohibir capturar atunes de menos de 30 kilos. Esta limitación es para todas las flotas que capturan atún rojo, excepto para la nuestra, y esta excepcionalidad es debido al tipo de modalidad con la que capturamos el atún rojo, ya que es un sistema selectivo al cien por cien, sin necesidad de descartes. La flota de cebo vivo del Cantábrico que se dedica a la pesca del atún rojo es la única que identifica todas y cada una de las piezas que captura, dando así cumplimiento al citado Plan de Recuperación.
Plan de recuperación en el País Vasco
Fue el 1 junio de 2007, cuando el Gobierno Vasco, con la colaboración de Azti-Tecnalia, Fundación Kalitatea y la Sociedad IKT, adoptó una serie de actuaciones con el objeto de garantizar el estricto cumplimiento del Plan de Recuperación del Atún Rojo.
Las acciones más relevantes han consistido en la implantación de un sistema automatizado para dar respuesta al requerimiento de preaviso de entrada en puerto e informe de capturas, el embarque de observadores a bordo de la flota dirigida y autorizada para el seguimiento del cumplimiento de la mencionada recomendación y el etiquetado de todos y cada uno de los ejemplares desembarcados en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Como acciones complementarias, se han probado distintos tipos de marcado y/o etiquetado como opciones a tener en cuenta en años venideros y se ha desarrollado una página web donde el consumidor puede seguir la trazabilidad de cada uno de los ejemplares desembarcados en el País Vasco. Y se concluye la necesidad de avanzar en la utilización generalizada de las herramientas informáticas puestas a disposición de la flota y la necesidad de aumentar el número de observadores en la flota, para lograr el correcto cumplimiento de la reglamentación.
Tras la puesta en marcha del plan de recuperación en 2006, en las reuniones anuales del ICCT se ha constatado que el citado plan está dando sus frutos y que el stock se halla en franca recuperación. Los análisis realizados parecen indicar que el atún rojo ya no está sobreexplotado y por lo tanto se ha planeado en los últimos años un moderado y gradual incremento del TAC.
En el caso del País Vasco, se considera que la implantación del Plan de Recuperación, con el 100% de los atunes etiquetados y controlados informáticamente, así como la estrecha colaboración e implicación de nuestros arrantzales en el empeño de preservar la población de atún rojo en el Golfo de Vizcaya puede garantizar el futuro de una pesquería histórica.
Reclutamientos
Los últimos estudios realizados por técnicos de ICCAT apuntan “signos claros de un brusco aumento en todos los ensayos investigados” apuntando incluso a que la biomasa del stock reproductor podría haberse cuadruplicado durante la última década. Todo ello unido a la mortalidad por pesca más baja de la historia. “Hay que ser cautos hasta que estas estimaciones tan elevadas de???reclutamiento???puedan ser confirmadas” advierten desde ICCAT. El Estado Español lidera el capítulo de capturas de atún rojo en el Atlántico Este, seguido de Japón y Marruecos. En el Mediterráneo, Francia e Italia encabezan el ranking de capturas por delante de Túnez, España y Libia.
El Total Admisible de Capturas para el atún rojo se situó en 13.500 toneladas para el año 2014. 7.939 corresponden a la Unión Europea y 2.504 a la flota que enarbola pabellón español. La cantidad correspondiente a la flota vasca de bajura apenas supera las 500 toneladas, en tanto que las almadrabas del sur de la península capturan unas 900 y la flota de cerco de Catalunya del orden de 800.
Como quiera que la recuperación de la biomasa de atún rojo se antoja incuestionable todo apunta a que los Estados miembros de ICCAT apostarán por un incremento en el tope de capturas para el 2016. Aunque desde el ICCAT se ha dicho a los gestores “que es posible un moderado y gradual incremento del TAC. Ahora son ellos los que tienen que sopesar riesgos y decidir el incremento. No hemos podido ser demasiado precisos en cuanto a la cuantía que se puede aumentar porque la incertidumbre en nuestro análisis es grande. No olvidemos que esta pesquería ha tenido muchos problemas de suministro de datos -sobre todo en el Mediterráneo- en el pasado y sin datos no es posible ser muy preciso”, zanjan desde dicho organismo.
Lo que se abre paso ahora es que el atún rojo, modelo de pesca insostenible durante años, puede pasar a ser ejemplo de lo contrario, de recuperación con medidas de control y gestión.
Gran noticia que un pland e recuperación realizado hace pocos años ya de sus frutos ojala resultase igual o parecido con otras especies de caza o no.
Buen articulo.