Cada día que pasa la población cazadora envejece, algo natural como la vida misma y que siempre ha ocurrido, como es obvio. El problema es que antaño se incorporaban de forma asidua a la caza jóvenes cazadores y en la actualidad no ocurre así.
Demasiados impedimentos, examen para la licencia, permiso de armas, tasas abusivas, en definitiva todos los ingredientes necesarios para que los más jóvenes acostumbrados a lo fácil, reacios a asumir responsabilidades y comprometerse con horarios y tradiciones desistan.
Es mas fácil y divertido acostarse a la hora que los cazadores debemos levantarnos. Por fortuna, algunos resisten a tanta tentación juvenil y se “enganchan” a la caza. Prefieren el campo real al virtual. Seguro que muchos acabaran siendo extraordinarios cazadores.
Hace años no era necesario examinarse de todo, del carné de conducir y poco más. En la caza, nos examinaba el campo cada día, nuestras vivencias eran las que nos indicaban si progresábamos adecuadamente. Qué tiempos aquellos.
Cazadores de salón
Qué tiempos aquellos en los que los cazadores se respetaban, tiempos de normas no escritas que pasaban de una generación a otra.
El cazador aprendía el “oficio» como mandan los cánones, desde abajo. Primero la escopeta de balines, más tarde de ayudante de los perreros, de vez en cuando nos dejaban tirar un tiro y así hasta entrar de pleno derecho en la cuadrilla, con derechos y obligaciones.
Ahora desgraciadamente llega cualquier “boborolo” que solo tiene dinero, se compra el mejor rifle, un buen perro comprado también a golpe de talonario y al monte. Cuidado con aconsejarles, ni hablar, ya saben de caza y de perros más que nadie.
Afortunadamente el día a día del campo les va poniendo en su sitio y casi siempre les devuelve a la triste realidad. La caza hay que “mamarla” desde pequeño, empezar a cazar en la edad de dejarlo es un problema y más si lo queremos hacer saltándonos los eslabones de aprendizaje necesarios.
De poco sirve adquirir un rifle extraordinario, al final, lo mejor de cazar con rifle es lo que esta detrás de la culata, de nada sirve adquirir un perro a golpe de talonario, los perros no llevan libro de instrucciones.
Una frase: «El cazador sabe que no sabe lo que va a pasar, y éste es uno de los mayores alicientes de su ocupación». (Ortega y Gasset)
Un libro: A pelo y pluma, divagaciones de un cazador filósofo, de Juan Héctor.
y lo dices tu que nunca has comprado un perro verdad?o q te escribes una revista con perros de leyenda y sale el blau que no lo conocen ni en el pitu,anda que te crees,y si ha alguien le apetece comprar un rifle y ir a cazar q pasa que por eso es un boborolo.boborolos somos los que leemos semejantes tonterias.
Coincido contigo Patxi. Cazar no solo es salir al monte y por supuesto abatir una pieza. La caza es mucho mas y hace falta sentirse cazador para conocer esta realidad que por cierto no todos los cazadores llagan a percibir (me refiero a los txorteros). Pero tengo que reconocer que hecho en falta los 8 meses de txoritxiki. jejejejr
Si de verdad te gusta la caza, con el tiempo te darás cuenta que no son 4 meses, si no todo el año. Que no es una afición si no una forma de vida. ¿O no es caza darle vueltas a como y con quien voy a cruzar mi perra??? o no es caza empezar a sacar al monte al cachorrillo y observar como persigue mariposas??? o como late de cuerda sus primeros rastros??? o las \\\»discusiones\\\» con los compis en esa cena que se alarga hasta las tantas???? y etc….etc….etc….
La caza al final son 4 meses. Los jovenes tenemos otros 8 meses para llegar a casa cuando amanece.