En uno de estos artículos que pretenden dar una visión histórica del oso en España en general y de los osos que habitaron el País Vasco en particular, les hacía mención de una frase que a través de la literatura oral ha llegado incólume al Mundo Rural hasta nuestros días y que yo mismo la pronuncié de niño sin saber por qué. Se trata del dicho “Espabila, Favila, qué viene el oso”. Ahí es nada. Resulta que Favila era un rey Asturiano de la época en la que le mató un oso por reaccionar lentamente en un acercamiento venatorio de osos en el 739 después de Cristo y por eso, en pasados posts, comencé la historia del oso situándola en ese año y por no alargarme mucho no entré en detalle, fechas cronológicas o en los perros que se utilizaban para cazar los osos. Aun cuando si lo haré en la desaparición del oso de las cavernas, cuya historia siempre me intrigó y lo publicado me supo a poco.
BREVE HISTORIA CRONOLÓGICA DEL OSO DESDE SU APARICIÓN HASTA LA MUERTE DE FÁVILA.
- El geoide Tierra tiene una antigüedad de 4.500 millones de años.
- Saltándome periodos y épocas, que ahora no nos interesan para este tema, me voy a situar en la cueva de la Victoria de Cartagena en el 1.300.000 a. C. y allí ya nos encontramos con los restos del desaparecido Ursus etruscus en el Pleistoceno Inferior.
- 200.000 años antes de Cristo. En la Sima del Elefante en Atapuerca (Burgos) nos encontramos con restos de osos.
- 000 años a.C. En el nivel 6 de la Gran Dolina de Atapuerca (Burgos), nos encontramos con abundantísimos restos óseos de osos.
- 000 años a.C. Sima de los Huesos – Atapuerca (Burgos). La mayor acumulación de fósiles humanos del planeta. Se trata, probablemente, de la primera acumulación conocida de cuerpos humanos de origen antrópico. Huesos de la especie extinguida de osos Ursus deningeri.
- 000 años a.C. Inicio del Pleistoceno Superior, en el que se desarrolla el Homo sapiens neanderthalensis (hombre de Neanderthal) que tenía ritos de enterramiento Y CULTO AL OSO. El citado homo desarrolló industrias del Paleolítico Medio (Musteriense).
- La verdadera causa de la extinción del oso de las cavernas: La última gran glaciación durante el Pleistoceno fue el golpe final para la extinción del oso de las cavernas, hace unos 25.000 años. Sin embargo, un estudio reciente demuestra que el declive del ‘Ursus Spelaeus’ comenzó mucho antes, hace 50.000 años, en un momento que no coincide con grandes cambios climáticos, sino con los inicios de la expansión humana.
- 000- 9.500 años antes de Cristo los artistas del Paleolítico Superior pintan cuevas en la cornisa cantábrica, como Ekain sita en Cestona (Guipúzcoa) (por cierto, éste era el pueblo de Urtaín y así se llama un nieto mío). El Castillo (Puente Viesgo – Cantabria). Tito Bustillo (Ribadesella – Asturias). Pero también algunas en Portugal (Escoural, Alemtejo). Extremadura (Maltravieso- Cáceres). La Meseta (Los Casares, en Saelices de la Riba – Guadalajara). Andalucía – (La Pileta, en Benaojan, Málaga) y Levante (El Niño, Ayna, Albacete), (Parpalló, Gandía – Valencia). Se trata de representaciones “mágicas, realizadas dentro de ritos religiosos PROBABLEMENTE RELACIONADOS CON LA CAZA, pero que documentan las creencias y la cosmovisión de aquellas gentes, así como su capacidad de observación y de abstracción además de su alto sentido estético. En la actualidad se conocen más de cien cuevas con arte rupestre paleolítico en la Península Ibérica, de las que el 80% están situadas en la región cantábrica con restos o vestigios de la existencia del oso en casi todas ellas.
- Los diversos grupos humanos que habitaron el territorio valenciano durante la prehistoria, neandertales y sus ancestros primero (hace aproximadamente entre 300.000 y 40.000 años) y humanos anatómicamente modernos después (desde hace unos 30.000 años), convivieron con cuatro familias de grandes carnívoros: úrsidos, hiénidos, cánidos y félidos. En este ámbito, humanos y carnívoros compitieron por el espacio y por las presas, principalmente la carne de herbívoros. Muchos de estos carnívoros sobreviven hoy en día, por lo que el conocimiento de su morfología y del comportamiento del animal en su hábitat nos permite precisar el carácter de las comunidades de predadores prehistóricos. Los carnívoros utilizaron las cuevas y abrigos para diversas funciones cuando estos enclaves estaban disponibles: como zona de cría, refugio, descanso, para alimentarse o defecar. En estos lugares podemos encontrar los huesos de los propios carnívoros tras su muerte (natural o por predación), los coprolitos formados por la fosilización de sus heces, los dientes de leche de las crías al ser sustituidos por los permanentes y otras evidencias de su presencia, como marcas de garras sobre las paredes, huellas o camas en los suelos de ocupación, además de las acumulaciones óseas formadas por los restos de sus presas.
- El uso y ocupación de la cueva del Parpalló (Gandía Valencia) conlleva la mayor parte del Paleolítico Superior, con restos que datan del 000 a.C hasta hace 11000, durante el Magdaleniense. La hipótesis más aceptada sobre la Cueva del Parpalló es que, descartando que se tratara de un lugar de ocupación consecutiva, fuera un lugar de intercambio entre los diferentes clanes que habitaban la comarca. Aquí las tribus no solamente intercambiarían objetos y conocimientos, sino que se acordarían enlaces entre los hombres y mujeres de las diferentes agrupaciones para impedir la endogamia. Pero aunque este fuera el uso más importante, cabe decir que esta cueva pudo ser usada a su vez como refugio puntual o estacional por los grupos de cazadores-recolectores que iban persiguiendo a las manadas de los animales que se dedicaban a cazar. Es uno de los yacimientos prehistóricos del Paleolítico Superior más importantes de Europa. Se encuentra situada dentro del Paraje Natural Municipal Parpalló-Borrell, un espacio de 560 hectáreas adscrito al Ayuntamiento del municipio de Gandía (Valencia, España), a pesar de que la localidad más cercana es Barx, a escasos 3 km de distancia.. Este yacimiento está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y está incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO por su conjunto de arte rupestre.
- Se considera que la era glaciar comenzó hace 110.000 años y terminó hace 12. 000. Durante este período la especie Homo sapiens salió de África y se dispersó, primero por Asia y desde allí por todos los continentes e islas. El último periodo glacial o glaciación Würm (también conocida como glaciación de Wisconsin en América, y popularmente como Edad de hielo) es la última de las cuatro glaciaciones del Pleistoceno o del Cuaternario, siguiendo a la Riss, según la clasificación clásica de Penck y Bruckner (1909).
- El Holoceno comenzó hace 110.000 años y finalizó hacia el 10.000 a.C. dando paso al Holoceno o periodo posglacial, en el que nos encontramos en la actualidad. El Holoceno (del griego holos, todo, y kainos, reciente), Flandriense o periodo posglacial, es una división de la escala temporal geológica, la última y actual época del período Cuaternario. Comenzó hacia el 10000 a. C. cuando termina el episodio frío conocido como Dryas Reciente, perteneciente a la última glaciación. Con la profusión de nuevos bosques como consecuencia a la última glaciación antes citada, la Península Ibérica era, toda ella, un interminable bosque forestal rico en todas especies animales, lo que la hizo lugar de caza de todos los pueblos de los alrededores previos a la romanización. En una Ibéria así, el oso vivía y se multiplicaba a las mil maravillas.
- En 1971 se encontró un precioso cráneo de oso en San Leonardo de Yague (Soria) situada en los inicios del Medievo. Pero por desgracia y como en todo, España siempre careció de la documentación pertinente que avalara de forma fehaciente su rica historia. Una Historia que siempre se distinguió por no dar importancia a todo aquello que no carece de ella. Utiliza la caza como arma política o a mala fe siempre y cuando le convenga. Ahí tenemos el caso de Fáfila, por citar un ejemplo. Se estudia en los albores de la juventud que en el siglo XI Alfonso VI practicó la caza del oso y el jabalí en territorios situados al sur del Duero, tierras que por aquel entonces se dedicaban a la labranza a medida que se eliminaban las fieras (“de ursorum etaprorum ereptas, in agriculturan reductas”. O sea, que el conflicto entre humanos y osos estuvo servido con mucha antelación a nuestros días. Y de Alfonso XI hasta nuestros días ya escribí en un post anterior que no he querido mezclar con éste.