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El salmón del Atlántico

Las poblaciones de salmón atlántico (Salmo salar) han sufrido a lo largo de todo su rango de distribución una reducción del 50% en los stocks salvajes durante los últimos veinte años. Según los datos de la UICN, de los más de 2.600 ríos con presencia conocida de la especie, esta se ha extinguido como reproductora en la mitad de los cauces. Hoy solo presenta poblaciones saludables en menos de doscientos ríos. En el caso de Euskal Herria, los ríos salmoneros históricos no llegan a la decena y, de todos ellos, sólo el Bidasoa está considerado en la actualidad como no vulnerable.

La situación en la península Ibérica no es menos dramática, ya que de los 43 ríos salmoneros de los que se tenía constancia a principios del siglo XX se ha extinguido en 29. Solo en cuatro de esos ríos se mantenían poblaciones relativamente saludables a comienzos del siglo XXI.

En el caso de Euskal Herria, los ríos salmoneros históricos no llegan a la decena: Nervión, Oka, Lea, Deba, Urola, Oiartzun, Oria, Urumea y Bidasoa. De todo ellos, sólo el Bidasoa está considerado en la actualidad como no vulnerable por la UICN. A ello ha contribuido de forma importante la implantación de un temprano programa de recuperación, que consiguió invertir el descenso de población, que estaba en vías de extinción.

Este se inició en 1988, que mejoró notablemente las existencias y de esta manera los salmones regresaron en el año 1992.

Bidasoa

Después de recorrer miles de kilómetros y pasar en el mar dos o tres años, al sur de Groenlandia, en las Islas Feroes, en las inmediaciones de la Península del Labrador o frente a las costas de Noruega, regresan a casa. El instinto reproductor del salmón, la supervivencia de la especie, les impulsa a llevar a cabo grandes migraciones hasta las desembocaduras de los ríos donde nacieron.
Se desconoce cómo detectan las aguas de donde partieron. Se especula sobre la influencia de corrientes marinas, geomagnetismo, variaciones de salinidad, percepción de las características bioquímicas de las aguas… Sea como fuere, son capaces de regresar al río donde nacieron y dirigirse hacia las cabeceras para completar su ciclo reproductivo en aguas frías y oxigenadas.

Durante el pasado mes de noviembre se pudieron ver a los salmones remontando las aguas de ríos como el Bidasoa.  Sólo hay que fijarse bien y tener un poco de paciencia. El río debe bajar con suficiente agua, pero no con demasiada.

En Bera, en la presa situada junto a la entrada de la localidad, esos días de noviembre fueron muchos los vecinos que se acercaron a disfrutar del espectáculo, aunque los primeros saltos comenzaron a verse a finales de octubre.

Según datos de la Estación de Control que el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra tiene junto a esta localidad navarra, ya se han contabilizado 310 salmones. «Son bastantes para la fecha en la que estamos, pero de momento son relativamente pequeños», apuntan. En 2010 fueron más de 500, el mayor número de los últimos años. Las presas son para los salmones obstáculos insalvables, pero intentan remontarlas una y otra vez, llegándose a golpear contra las rocas. Todas las presas del Bidasoa cuentan con escalas piscícolas, por donde sí pueden remontar.

La aplicación del plan de recuperación del salmón ha conseguido incrementar a partir de 1990 el número de ejemplares que remonta cada año el Bidasoa y estabilizarlo en una media anual que se aproxima a los 300, aunque en los tres últimos años esta cifra ha sido ampliamente rebasada (462 en 2010, 461 en 2011 y 387 en 2012). En 1992 se contabilizaron 903 ejemplares.

Existen salmones con tres o más inviernos en el mar, pero son muy escasos. Son ejemplares con pesos de 9 a 15 kilos y todos sobrepasan el metro de longitud. Lejos, muy lejos, quedan los tiempos en que los salmones en el Bidasoa se pescaban con redes, hasta 500 kilos al año en las Nazas de Bera en el siglo XVII y hasta 300 en Lesaka. Una sobreexplotación que estuvo a punto de terminar con una especie que de momento, sobrevive.

Ríos guipuzcoanos y vizcaínos

Pero también hay que decir que a los ríos guipuzcoanos y vizcaínos también van llegando los salmones, gracias a los esfuerzos de las diputaciones guipuzcoana y vizcaína. Sin duda, el río Urumea ha sido uno de los ríos con más tradición salmonera del País Vasco. En sus buenos tiempos, los salmones ascendían hasta Artikutza. Sin embargo, la construcción de presas y centrales hidráulicas, la contaminación originada por la industria y el aumento de la población, originaron su desaparición de este río.

Ante tal situación, se han ido realizando esfuerzos para mejorar el saneamiento para aumentar la calidad biológica de las aguas de los ríos, con la instalación de depuradoras y también con la modificación de azudes. Estas medidas, así como las repoblaciones realizadas, han contribuido a que el salmón regrese de forma estable a los ríos Urumea y Oria, y de vez en cuando, al Oiartzun.

La Diputación Foral de Gipuzkoa inició en 1993 la repoblación sistemática del Urumea. En el primer año se constató la llegada de tres ejemplares. Desde entonces se han capturado un total de 750 salmones adultos, de los que el 10% son ejemplares de dos inviernos en el mar. En 2012 fueron encontrados por los técnicos forales en el Urumea un total de 187 salmones, 99 en el Oria y uno en el río Oiartzun. En 2010, la cifra de salmones contabilizados en el Urumea fue de 223 ejemplares, cifra record.

La Diputación Foral de Bizkaia también lleva a cabo trabajos de recuperación de la especie en los ríos de Lea, Karrantza y Barbadun. En 1977 se puso en marcha el Plan de Recuperación del Salmón Atlántico en Bizkaia. El Departamento de Agricultura del ente foral de Bizkaia ha repoblado con 6.500 salmones los ríos vizcaínos en 2012. Los cauces han incrementado su fauna piscícola con 58.000 ejemplares en cuatro años, en el periodo comprendido entre 2008 y 2012, resultado de las repoblaciones piscícolas que la Diputación realiza dos veces al año, en primavera y en otoño.

No obstante, no conviene eludir los problemas existentes en los ríos vizcaínos, y que son un obstáculo para que el programa de recuperación del salmón atlántico siga con éxito. Pero de ello hablaremos en un próximo artículo.

Químico y periodista especializado en temas medioambientales. Premio Nacional de Medio Ambiente 1998, que otorga el Ministerio y Premio Gonzalo Nardiz 2002 del Gobierno Vasco por su trayectoria destacada en la difusión e investigación en temas de conservación de la naturaleza. Miembro de Naturtzaintza-Consejo de Conservación de la Naturaleza de la Comunidad Autónoma del País Vasco, adscrito al Departamento de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

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Químico y periodista especializado en temas medioambientales. Premio Nacional de Medio Ambiente 1998, que otorga el Ministerio y Premio Gonzalo Nardiz 2002 del Gobierno Vasco por su trayectoria destacada en la difusión e investigación en temas de conservación de la naturaleza. Miembro de Naturtzaintza-Consejo de Conservación de la Naturaleza de la Comunidad Autónoma del País Vasco, adscrito al Departamento de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

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