Ya hace algún tiempo, concretamente al inicio de crear y dar vida al “charquito” en el que paso horas y horas observando la fauna de la zona donde habitualmente cazo, tuve la necesidad y el deseo de que algún día pudiera visitarme la reina de la menor en mi tierra. La perdiz.
Estando hace un par de semanas en el hide, haciendo fotos como de costumbre a los zorzales, urracas que en esta época del año son las especies cinegéticas que más acuden al “charquito» a paliar su sed y su necesidad de alimento, tuve la oportunidad de percibir bajo mi asombro una pareja de perdices.
¡El momento que tanto esperaba desde hace 5 años llegó! La emoción recorrió mi cuerpo, temple gaitas y respiré hondo y me dispuse tranquilo y con seguridad a realizar un intenso reportaje de fotos. Se aprende mucho, cuando observas la fauna de cerca, detalles y comportamientos de una especie que a posteriori te hacen valorar y entender muchas de las incertidumbres que te pueden surgir en cualquier día de caza. Pude observar de cerca cómo bebían, comían y como permanecían atentas a cualquier ruido o visita de cualquier animal.
Ahora solo pienso y deseo que tengan suerte en su nuevo ciclo, miles de peligros las acechan, los predadores, las inclemencias meteorológicas, agricultura intensiva, etc. Mi deseo es poderos ilustrar de nuevo en otro articulo el progreso de esta pareja de perdices y que vosotros(as), podáis ver como yo, desde mi objetivo como la vida se abre paso y el ciclo de la perdiz roja culmine en pequeños perdigones.
Ciclo reproductivo perdiz roja
A partir de Enero los machos empiezan su periodo de celo. La época de cría se desarrolla desde finales de abril a mayo. El macho prepara varios nidos en depresiones someras con poco tapizado de la vegetación próxima. La hembra elige uno, anida en el suelo y pone entre 9 y 18 huevos subelípticos, lisos y brillantes, de color blanco amarillento y a menudo dipersamente manchados. Pone los huevos a intervalos aproximados de 36 horas y los incuba en veintitrés días y medio. La hembra puede hacer dos puestas en nidos diferentes, en cuyo caso una puesta es incubada por la hembra y la otra por el macho. Los polluelos que eclosionan con un peso aproximado de veinte gramos, son nidífugos y consecuentemente abandonan el nido con rapidez, aunque los perdigones permanece unidos hasta el siguiente periodo de cría.