Las plantaciones de eucaliptos facilitan los incendios forestales, no ayudan a mejorar el precio global de la madera para los propietarios forestales. Perjudican la biodiversidad a su alrededor, donde difícilmente encuentran cobijo las especies animales y debido a su rápido crecimiento, contribuyen a beberse el agua que alimenta nuestros ríos trucheros.
Lamentamos los y las trabajadoras del medio rural, cazadores y pescadores los incendios que asolan el noroeste de la península. Daños cuantiosos y pérdidas de vidas irreparables. Pero, ¿nos paramos a pensar cuáles son algunas de las importantes razones que se esconden y alimentan este desastre?
Según informan las autoridades portuguesas y gallegas, todo es culpa de los pirómanos y hablan de que el 95% de los incendios son provocados. También se quejan de las condiciones climatológicas, del calor y fuerte viento sur. Pero detrás de estas verdades, ocultan su mala gestión forestal durante muchos años. Una gestión forestal que ha permitido que en el noroeste de España se disparen las plantaciones de eucaliptos, en muchos casos de una manera ilegal, hasta alcanzar el 22% de la superficie forestal; mientras en Portugal alcanza ya el 26%. Todo ello para saciar el voraz apetito de papeleras poco preocupadas con la biodiversidad y la rentabilidad de los propietarios forestales.
A pesar de que se trata de una especie arbórea pirofila (no muere con el fuego), cuenta con unos compuestos volátiles inflamables, como se explica en el informe ‘Wildfires and landscape dynamics in Portugal: a regional assessment and global implications’. Es decir, en caso de incendio, estas plantaciones ayudan a la propagación del mismo. Los eucaliptos son unos árboles que provocan alostería, un fenómeno consistente en la emanación de unas substancias químicas que hacen que no crezcan árboles, arbustos o hierbas de otra clase a su alrededor, con su consiguiente efecto en la flora y fauna. Y como cazadores y pescadores bien sabemos en las plantaciones de eucaliptos difícilmente encontraremos caza y son responsables de que el caudal de nuestros ríos trucheros sea cada vez más escaso.
Mensaje a los políticos vascos que gestionan las plantaciones de esta especie arbórea
No debemos de caer en errores de otras comunidades que pueden traer serias desgracias a nuestro territorio, no hay más que mirar a nuestro alrededor. El precio de la madera para los propietarios de plantaciones forestales actualmente es irrisorio y la inclusión de nuevas plantaciones de eucaliptos no les beneficia en absoluto. El eucalipto ha aumentado entre 2011 y 2016 un 20% su superficie de plantación hasta llegar a las 18.194ha, casi las 8.000ha que ha disminuido el pino radiata, que alcanzó en 2016 una superficie de casi 124.000ha de un total en Euskadi, sumando todas las especies arbóreas, de 397.223ha en 2016.
No se trataría de erradicar el eucalipto, bastaría con limitar la ocupación del territorio con criterios medioambientales y suspender las autorizaciones de plantación de esta especie fomentando las especies autóctonas. Aunque estas no sean tan rentables para la industria papelera, pese a los precios que impone a los propietarios de plantaciones forestales.