El declive del urogallo
cantábrico fue descrito por
primera vez en 1975 por el
biólogo y gran estudioso de
la fauna ibérica, Javier
Castroviejo, y ha continuado desde
entonces. La falta de
hábitat y la
fragmentación del mismo
han sido identificados como
factores clave que subyacen a ese
declive.
La
población fue catalogada
???En peligro de
extinción??? en 2005.
Un año antes, la
Comisión Nacional para la
Protección de la Naturaleza
había aprobado la
???Estrategia Nacional para la
conservación del urogallo
cantábrico???. En
octubre de 2010 se inició el
proyecto europeo Life titulado
???Programa de acciones
urgentes para la
conservación del urogallo y
su hábitat en la cordillera
Cantábrica???. Pocos
iconos de la fauna ibérica
llaman tanto al debate sobre las
estrategias para su
conservación.
Y a
él se suma el
biólogo Manuel Antonio
González, que en su tesis
doctoral por la Universidad de
León, muestra unos
cuantos puntos débiles
sobre la conservación del
urogallo cantábrico, y alerta
del desamparo que sufre el
único núcleo del ave
en un hábitat
mediterráneo.
El
urogallo es la especie más
grande de la familia de las aves
tetraónidas. Adaptada a los
extensos bosques de
coníferas de las zonas
frías y templadas de
Eurasia, su distribución
más meridional se localiza
en la península
Ibérica y Balcánica,
dónde encontró
refugio durante la última
glaciación.
El
urogallo cantábrico se
desvía en muchos aspectos
ecológicos de su
descripción
tipológica de la especie. Por
ejemplo, esta población
está estrechamente
vinculada a los bosques montanos
caducifolios de la cordillera
Cantábrica, a diferencia del
hábitat de coníferas
que alberga mayoritariamente a la
especie en el resto de su
área de distribución.
Según los censos
llevados a cabo en las
últimas cuatro
décadas, nos encontramos
ante una población
pequeña, con una tendencia
regresiva. Entre los distintos
factores que parecen influir en este
proceso tienen un efecto
demostrado únicamente la
fragmentación y
pérdida de calidad del
hábitat. Es algo que tiene
su lógica si se tiene en
cuenta que el urogallo es una
especie forestal, y la
deforestación ha afectado a
los bosques de robles, hayas,
abedules, etc., en beneficio de
otras actividades. Además,
los bosques montanos de la
cordillera Cantábrica
están muy fragmentados.
En Asturias, por ejemplo, y
según lo que publica en su
Tesis Doctoral el biólogo
Manuel A. González,
sólo el 23% de ellos
constituye un hábitat
adecuado para el ave.
Ante
esta crítica situación,
el urogallo cantábrico fue
declarado en 2005 como ???En
peligro de extinción???
en el Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas, con la
consecuente obligatoriedad por las
administraciones implicadas -Junta
de Castilla y León,
Principado de Asturias, Xunta de
Galicia y Gobierno de Cantabria- de
redactar planes de
recuperación que frenasen
el declive.
Posteriormente, en
octubre de 2010, se inició
un proyecto Life titulado
???Programa de acciones
urgentes para la
conservación del urogallo y
su hábitat en la cordillera
Cantábrica???.
Junto con el inicio de un
programa de cría en
cautividad, el manejo del
hábitat es una de las
principales líneas de
actuación. Al margen de las
acciones que se llevan a cabo a
través del proyecto Life,
este tipo de medidas ya se
había iniciado en 2010 con
fondos de la Unión Europea
-como parte de las acciones de la
Red Natura 2000- con un
presupuesto global de más
de 3,5 millones de euros para el
período 2010-2013. No
obstante, no pocos expertos, entre
ellos, Manuel Antonio Gonzalez,
han puesto en duda la utilidad de
estas actuaciones, a la luz de los
conocimientos disponibles sobre la
biología de la especie. Pero
sobre ello, volveremos más
adelante.
Un 10% lleno de
singularidades
En
torno al 90% de los urogallos
cantábricos vive en la
región eurosiberiana de la
cordillera Cantábrica. En
esta área lo que ocupan
son abedulares, hayedos,
robledales y,
anecdóticamente, un boque
autóctono de pino silvestre,
el pinar de Lillo (León). En
estos ambientes el
arándano y el acebo
constituyen una importante fuente
de alimentación y
protección, especialmente
en invierno. Cabe decir, que,
tristemente, el fin del urogallo ha
llegado a los Picos de Europa.
Sin
embargo, el 10% restante de los
urogallos cantábricos vive
en las estribaciones más
meridionales de la cordillera,
concretamente en el oeste de la
provincia de León. Esta
zona de transición presenta
un clima menos lluvioso y favorece
el crecimiento de los melojares
(árbol que pertenece al
género de los robles,
más rústico y frugal
que sus hermanos
???mayores), bien adaptados
a la sequía estival
característica de
región
mediterránea. En estos
bosques ni el arándano ni
el acebo abundan, pero el urogallo
encuentra un hábitat
favorable siempre que existan
masas maduras y extensas de
melojar autóctono.
Según el
biólogo Manuel Antonio
González, la
distribución
mediterránea del urogallo
se asienta sobre tres comarcas
leonesas: Omaña, Cepeda y
Bierzo Alto. El clima y la
situación sureña de
estos territorios, junto con la
importante deforestación
que sufrieron durante los siglos
XVIII y XIX, hicieron que
tradicionalmente no se
consideraran como hábitat
óptimo para el urogallo
cantábrico y se
desconociese la presencia del ave.
Sin embargo, hasta el siglo XVII, el
urogallo llegaba a ocupar el norte
de Portugal, en bosques que
debían ser melojares muy
semejantes a los que hoy
día se utiliza en esas tres
comarcas leonesas.
Según el
especialista Manuel Antonio
Gonzalez, la presencia de urogallos
cantábricos en este tipo de
melojares mediterráneos
podría ser explicada
mediante dos posibles
hipótesis. La primera, que
fuese consecuencia de una nueva
expansión de la actual
área de distribución
gracias a una recolonización
procedente del norte
ibérico. La segunda, que
esta distribución
mediterránea fue producto
de una contracción del
rango histórico del urogallo
y hubiese pasado desapercibido
hasta hace unos pocos años.
Utilizando herramientas
genéticas se ha
demostrado la validez de la
segunda hipótesis.
Además, y contrariamente a
lo esperado, el área
mediterránea actúa
como zonas ???fuente???
que enriquece
genéticamente a los
urogallos del norte.
Fuera de la Red Natura
2000
Estos ???urogallos del
sur??? presentan la diversidad
genética más baja
observada para la especie y un
reducido flujo génico, lo
cual supone una serie amenaza
para el mantenimiento de tan
atípico núcleo, sin
que se esté haciendo nada
por evitarlo. Por si fuera poco, este
hábitat se encuentra
sometido a una elevada
presión antrópica
(parques eólicos, incendios
y pistas, entre otros impactos).
El
95% de la distribución
mediterránea del urogallo
está excluido de la Red
Natura 2000 y carece, por tanto, de
cualquier tipo de figura de
protección, a pesar de que
el Plan de Recuperación del
Urogallo en Castilla y León
obliga a proteger toda el
área de distribución
del ave en esta comunidad
autónoma. Y algunos
expertos, como el biólogo
Manuel Antonio Blanco se
preguntan: ¿Cómo
explicar que en esa zona
urogallera sin paragón ya
existan seis parques eólicos
instalados, dos autorizados y otros
tres en trámites de
aprobación? Recientemente
el TSJ de Castillla y León ha
sentenciado en contra de un
parque eólico ya en
funcionamiento -Peña de
Gato, en los municipios leoneses
de Villagatón,
Igüeña, y Torre de
Bierzo- por afectar al urogallo
cantábrico precisamente en
su núcleo
mediterráneo, entre otras
irregularidades.
El
proyecto Life + ???Acciones
urgentes para la
conservación del urogallo
cantábrico??? pretende
detener el declive de esta especie
mediante acciones que, a juicio de
Manuel Antonio Blanco, le parecen
ineficaces en este caso, como la
cría en cautividad, o al
menos discutibles, como trabajos
de mejora del hábitat
basados en la intuición y en
los buenos deseos, como el control
de ungulados competidores
(ciervos) y de depredadores.
Este
tipo de proyectos europeos
sólo actúa en
territorios Red Natura 2000. Por lo
tanto, el área
mediterránea de
distribución del urogallo
está excluida de cualquier
acción de protección
surgida del Life + citado.
Paradójicamente, ese
núcleo de urogallos no ha
quedado completamente excluido
del proyecto, ya que se ha utilizado
como zona de extracción de
puestas salvajes para sustentar la
cría en cautividad. En
resumen, no sólo no se
adoptan medidas para evitar los
problemas derivados de la
desprotección y el
aislamiento genético de los
urogallos mediterráneos,
sino que además se les
perjudica mediante la retirada de
huevos.
La
conservación del urogallo
en el medio natural, sostiene en su
Tesis Doctoral por la Universidad
de León, Manuel Antonio
González, pasa por el
mantenimiento a largo plazo de la
dinámica de los bosques
donde habita. Para conseguirlo es
importante proteger los melojares
mediterráneos que han
quedado fuera de la Red Natura
2000. Sin embargo, la
política actual encaminada
a detener el declive del ave en la
cordillera Cantábrica parece
ser uno más de los muchos
ejemplos de la ???nueva
conservación???, que
persiguen únicamente
objetivos políticos, sin
consistencia ni rigor
científicos, afirma el
biólogo Manuel Antonio
Blanco.
Más
Información:
Tesis Doctoral del
biólogo Manuel Antonio
Blanco por la Universidad de
León. 2012. http://buleria.unil
eon.es/bitstream/handle/10612/20
93/tesis_2cdfce.PDF?
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