El lobo (Canis Lupus) es uno de los mamíferos más ampliamente distribuidos por el mundo y lleva presente en nuestro planeta desde hace dos millones de años. En el País Vasco ha estado presente desde épocas milenarias, aunque desapareció y reapareció a finales de los años 80 procedentes de poblaciones asentadas en Burgos y Cantabria. Actualmente su existencia en el Euskadi está provocando debates y discusiones a favor y en contra. Sin duda, el lobo es un animal complejo para el que no hay soluciones simples, ni en Euskadi ni en ningún lugar del mundo.
El lobo es uno de los animales salvajes presentes en territorio vasco desde épocas milenarias, ya que pertenece a la fauna que pobló el territorio vasco desde muy antiguo, aunque hace unas cuantas décadas desapareció, para regresar en los últimos años. En 2014, según el censo elaborado por el Gobierno Vasco con la colaboración de las Diputaciones Forales de Alaba y Bizkaia, encargado a la consultora Recursos Naturales S.L., se determina la existencia de 1 manada, y se ha confirmado su reproducción en ese año en Bizkaia, en la comarca de Karrantza, por varias vías (fototrampeo de loba lactante y cachorros, indicios y escucha de cachorros….).
La evolución del número de daños a la ganadería durante el período 2000-2015 es en “dientes de sierra”, con los picos máximos en los años 2002 y 2007 y dos puntos de inflexión en 2005 y 2012. Durante el trienio 2011-2013 se registró un mínimo histórico. Por su parte, en 2014 la siniestralidad fue máxima en Bizkaia, lo que en principio guarda relación con la existencia de la manada detectada.
El lobo en el País Vasco no se considera una especie cazable pero está sometida a control poblacional para minimizar los daños al ganado, habiéndose autorizado en los últimos años por las Diputaciones Forales de Bizkaia y Alava, competentes en la materia, diversas batidas por parte de cazadores, pero muy pocas y por tanto muchísimas menos que en comunidades autónomas como Castilla y León.
No cabe duda de que el tema del lobo no genera indiferencia ni posturas intermedias. Hoy en día existen distintos modos de mirar al cánido salvaje: hay sectores, como distintos grupos ecologistas, que reivindican la estricta conservación del lobo, hasta algunos ganaderos que están por su exterminio.
Desde mi opinión, el lobo tiene lógicamente derecho a existir, y compatibilizarlo con la ganadería extensiva es complicado. Habrá que aceptar que deben existir zonas en las que sus conflictos con la ganadería extensiva hagan que este animal no tenga que estar presente. Es decir, habrá que llevar a cabo una zonificación del lobo. La ganadería extensiva, representada principalmente por la oveja latxa, es una actividad íntimamente unida a la cultura del pueblo vasco, y no sólo constituye un medio de vida importante para la población rural, sino que desempeña un papel fundamental en la conservación del medio natural.
Julen Rekondo