El colectivo de pescadores parece aletargado en un sueño provocado por corrientes conservacionistas. Cuando hablo de conservacionismo me refiero a esa droga repetitiva que nos venden quienes solo hablan y no pasan de ahí. Los que promueven leyes que desde el ecologismo pretenden acabar con especies, las cuales invasoras o no, conviven con nosotros desde hace decenas de años y forman ya parte de nuestro hábitat piscícola. ¿Es eso ecologismo? Yo creo que no, porque si hablamos de exterminar especies, es lo mismo acabar con todas las carpas, que acabar con todos los lobos que matan las ovejas de nuestros ganaderos. Una de las grandes contradicciones del mundo ecologista de nuestros tiempos.
Mientras tanto nuestros ríos agonizan. Baja mucha menos agua debido a que nuestros bosques están invadidos de pinos y eucaliptus que se la beben toda. Las poblaciones de cormoranes se disparan y arrasan sus cauces. El uso desproporcionado de sal en las carreteras durante el invierno, salinifica los caudales. Y luego nos quejamos que ya no hay truchas y nos conformamos con la pesca “sin muerte”. Esa modalidad que alguno se inventó para contentar a los ecologistas. Pero ¿todavía creemos que la caña es la responsable de que ya no haya truchas?
En fin. Que cunda el ejemplo de los jóvenes pescadores de Adecapgazteak, que dedican varias jornadas de la temporada a limpiar los cauces de los ríos vascos. Y dejemos de hacer tanto caso a los ecologistas que con sus discursos, contradicciones y falta de implicación directa en las verdaderas necesidades de nuestros ríos solo venden humo, mientras nuestros problemas siguen estando ahí.
A las administraciones competentes, cada una en su ámbito (estatal y autonómico), sugerirles que sean valientes y no cedan a las presiones ecologistas. Que regulen las poblaciones de cormoranes, que fomenten políticas forestales de especies autóctonas, que controlen el uso de sal en las carreteras durante el invierno. Y también, que busquen alternativas a los pescadores, que como el resto de ciudadanos también pagamos impuestos.