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Más sobre la vespa velutina o avispa asiática

Más sobre la vespa velutina o avispa asiática

ADVERTENCIA PREVIA: Es conveniente leer mi post anterior en esta misma web a fin de hacerse una composición de lugar. Y si alguien quiere profundizar en el asunto, no debe de dejar de leer el MANUAL PARA LA GESTIÓN DE LA AVISPA ASIÁTICA (Vespa velutina) del GOBIERNO VASCO y de sus tres diputaciones cuya edición es de 2016. Por otra parte, tanto las hipervinculaciones de este post, como las del anterior, son muy interesantes aun cuando en cada autonomía el tema pueda ser cambiante.

NIDOS

Las vespas velutinas hacen tres nidos. Uno inicial con unas 5 ó 6 celdas con el que la reina inicia la posterior prole para lo cual hace un segundo y tercer nido que puede sufrir modificaciones si no se calculan debidamente los efectivos. Viene bien explicado en el anagrama del Gobierno Vasco. En su época álgida, cada panal puede albergar (entre finales de octubre y principios de noviembre)  unos  1.500 insectos y unos 5.000 huevos. Cada nido dará unas 500 reinas y no guardan nunca comida dentro del nido.

El nido es una especie de papel maché fabricado por las propias avispas a partir de la corteza de determinados árboles cuya corteza es masticada y mezclada por las obreras para darla la forma deseada. Los panales están construidos en forma de piso dentro del nido y suele tener de 8 a 11 pisos.

Las avispas salen y entran en el nido por un único punto. Los nidos son redondeados inicialmente para tomar forma de pera a medida que van creciendo.

En lo que a envoltorio del nido velutino se refiere suele tener unas seis capas pudiendo variar por causas inherentes al material, a la ubicación, etc. etc.

Este capítulo de los nidos es un pequeño resumen cuyo detalle exhaustivo lo tienen en el hipervínculo al manual editado por el Gobierno Vasco y sus tres diputaciones forales,  cuyo hipervínculo repito AQUÍ.

ALIMENTACIÓN (Necesidades de proteínas)

El área de pecoreo se desconoce totalmente, no obstante y en comparación con otras avispas de esta naturaleza se puede establecer entre 2 y 8 Km. de diámetro.

Estudios hechos por Muller y cols., 2012, muestran que el avispón asiático se alimenta de diferentes insectos y arácnidos para cubrir las necesidades proteínicas de las larvas, que son las únicas que consumen carne, pues los individuos adultos no la pueden digerir. Además, las obreras no desdeñan la carne muerta de reptiles, aves, mamíferos o peces, como se ha observado en más de una ocasión.

Según un muestreo realizado durante 4 años y después de haber capturado a más de 13.000 obreras y analizado la carga de alimento que transportaban al nido, aproximadamente un 32% eran dípteros (moscas), un 59% himenópteros (entre estos, 2/3 eran abejas y 1/3 avispas comunes) y el 9 % restante otros insectos  (orugas, mariposas, libélulas…) y arañas. Estos datos varían en función del hábitat donde se encuentre el nido (p.ej., en zonas urbanas, periurbanas y forestales la proporción de abejas depredadas es más alta).

La diversidad de presas del avispón aumenta cuanto más rico es el entorno en insectos; sin embargo, en zonas urbanas y periurbanas o incluso en áreas boscosas, el 65% de las presas de Vespa velutina son las abejas domésticas de los apicultores.

 

(ALIMENTACIÓN) Necesidades de hidratos de carbono.

Los insectos adultos se alimentan de diferentes líquidos azucarados como néctares de flores de árboles y arbustos (sauce, camelia, calistemo, níspero japonés, hiedra,…), zumos de frutas maduras (manzanas, higos, peras, uvas, kiwis…), excreciones azucaradas de pulgones y savia de cortezas de árboles.

Por otra parte, las larvas segregan una sustancia muy energética y rica en aminoácidos, que constituye un alimento indispensable para las obreras y para la reina. Las larvas se alimentan de líquidos ricos en azucares (néctares, zumos o savia de árboles) y de trozos de presas masticadas (proteínas) que les suministran las obreras, pero, a su vez, ellas mismas sirven de alimento para toda la colonia encaso de necesidad.

 AVISPA ASIÁTICA Y ABEJAS

Las avispas obreras detectan las colonias de abejas por el olor de la miel y del polen ensilado en las colmenas (Couto y cols., 2014). Son señales olorosas de larga distancia, que las atraen desde lejos y las llevan directamente a las colmenas. La preferencia por colonias de abejas también está relacionada con la baja actitud defensiva de la colonia (Monceau y cols., 2014).

Su forma de cazar es muy efectiva: Volando, el avispón se posiciona delante de la entrada a la colmena, en la línea de llegada de las abejas, con la colmena a su espalda. Espera a las abejas que vuelven de pecorear, cansadas y cargadas de néctar o polen. Así, éstas son más lentas en sus movimientos y son más fáciles de atrapar. Pocas abejas logran esquivar la acometida y son cazadas en pleno vuelo, aprovechando la mayor rapidez y fuerza que posee la invasora.

Una vez atrapada, el avispón lleva la abeja a un punto cercano, normalmente una rama, y colgándose de ella boca abajo, comienza a trocear su presa: primero le corta la cabeza y después el abdomen, que son desechados.

Las alas y las patas corren la misma suerte. El premio del esfuerzo de la avispa es el tórax de la abeja, donde se encuentran los músculos de las alas y las patas, ricos en proteínas. El avispón transporta la presa troceada al nido, donde entre varias obreras es machacado y ofrecido a las larvas.

Ante la masiva presencia de avispones, se ha observado un cambio de comportamiento en las abejas melíferas: Se forman grupos de hasta un centenar de abejas guardianas en la entrada (piquera) de las colmenas, intentando formar una masa intimidatoria y disuasoria para los avispones.

Cuando aparecen las avispas, las abejas posicionadas en la piquera, levantan sus patas delanteras hacia ellas, en actitud amenazadora. A veces, una o varias abejas atacan a las invasoras, y en contadas ocasiones logran aprisionarla bajo una pelota de abejas melíferas, que intentan matar a la velutina dándole aguijonazos, casi siempre sin suerte.

La concentración temporal de colmenas en un mismo emplazamiento puede servir como método de protección de las abejas, siempre teniendo en cuenta sus necesidades alimenticias. Así, en colmenares de muchas colmenas el número de avispones se diluye, disminuyendo su impacto. En cambio, si hay pocas colmenas están más expuestas a sufrir daños, pues cada colmena soporta el impacto de un mayor número de avispas.

Varios autores señalan la clara relación existente entre el éxito de la invasión de V. velutina y la presencia de colmenas de abejas del territorio invadido; sin éstas, seguramente a las avispas no les sería tan fácil obtener comida, y el número y tamaño de los nidos sería notablemente inferior (Bessa y cols., 2015).

En su área de distribución natural las abejas asiáticas de la especie Apis cerana, tienen mecanismos de defensa bien desarrollados frente a avispas depredadoras. Cuando un avispón se acerca a las abejas, éstas intentan ahuyentarla formando pequeños grupos en la piquera (entrada del nido).

Después, las abejas se precipitan sobre el atacante y forman una bola de alrededor de un centenar de individuos en torno suyo, y mediante la vibración de sus alas elevan la temperatura en su interior hasta los 45ºC. También aumentan el nivel de CO2 provocando la muerte del avispón por hipertermia y asfixia, mientras que las abejas son capaces de aguantar esas condiciones sin problemas (Abrol,2006).

Así, las abejas asiáticas evitan los ataques masivos a sus nidos y debido a este método de defensa es muy raro que una colonia de abejas desaparezca por la acción de las avispas y no les resulta tan fácil conseguir alimento, por lo que las poblaciones de V. velutina se mantienen en equilibrio.

De momento, las abejas europeas no son capaces de realizar ésta acción de defensa, ni siquiera las que llevan décadas viviendo en Asia en el entorno del avispón. FUENTE: Manual para la gestión de la Avispa asiática,  paginas de la 38 a la 33 ambas inclusive.

DEPREDADORES DE LA VESPA VELUTINA.

La Vespa velutina es un insecto con un caparazón sumamente duro, pero con partes blandas como hemos podido leer anteriormente.

Las colonias de los abejarucos anidan en los agujeros que ellos mismos hacen en los cortados y si se pican a un colmenar,  son unos verdaderos depredadores que matan colmenas domésticas para comer ellos y su numerosa prole. Hace 60 años, cuando los abejarucos  estaban enguerando sus huevos se picaban los cortados y se les mataba a todos para que no les volviera a dar tiempo a criar y se fueran con la música a otra parte. Pero siempre se las arreglaban para renovar su censo. Otros visitantes intempestivos de la colmena son los arrendajos (Garrulus glandarius)  que por su volumen y envergadura acojonan a las colmenas melíferas y para ellos es todo un tesoro si encuentran nidos de avispas (Polistes gallicus). De los depredadores citados puedo dar fe por haberlos visto en el pico a la vespa velutina, pero no he visto deglutir a otros animales a ningún avispón común o negro a no ser que se refieran a los ahora tan preciados abejorros que son utilizados para polinizar los invernaderos, valga decirles que hay empresas que se dedican a críar  tan preciosos ejemplares y no están mal vistos los luctuosos abejorros negros. Unos simpáticos insectos a los que tanto se les perseguía  en nuestro ámbito rural para que no anidaran ni se guardaran en la madera de chopo de uso agrícola y ganadero, pues podían tirar un tejado.

Dicen, pero yo no lo he visto, que los lagartos son unos depredadores de avispones fuera de serie.

Dicen que el tejón come avispas asiáticas y pudiera ser cierto, pues todas no hacen el nido al lado del agua y en lo más alto de los árboles próximos, pero no tengo constancia al respecto. No todos lo que es malo para la abeja melífera lo es para los avispones. Por ejemplo, no la ataca la barroasis, los nicotinoides que tanto se prodigan en España y un largo etcétera que tiene a las abejas melíferas contra las cuerdas, pero claro, algunos ya estarán sopesando el chollo del abejorro común para montar una empresa subvencionada.

IMPACTO EN LA SALUD DE LAS PERSONAS

Aun cuando en España, por el momento, ya se han registrado tres muertos, las picaduras no suelen ser letales a no ser que alguien voluntaria o involuntariamente se arrime a menos de 5 metros del nido y las hostigue de forma voluntaria o involuntaria. Entonces saldrán grupos de velutinas a atacar al potencial o imaginario  enemigo y lo más sensato, en casos tales,  es correr y ponerse a buen recaudo.

En algún post de esta serie he escrito que el lugar ideal para nidificar la velutina está ubicado a la orilla de una masa de agua continua o discontinua donde haya árboles altísimos, pero también suelen estar ubicados los nidos a ras de tierra, en edificios abandonados, en setos, alcantarillado. O sea: en todas aquellas nidificaciones de construcciones no frecuentadas tales como las citadas y en otros lugares tales como los tejados que pasan desapercibidas viviendo a escasos metros del posible damnificado.

 IMPACTO EN LA AGRICULTURA

Al disminuir las avispas melíferas se genera un grave problema de polinización que al Estado parece no importarle su gravedad, pues –como veremos más adelante- no se ha hecho nada para erradicar una plaga que crece mucho más de lo que nos dicen una serie de sabios distribuidos por autonomías y con presupuesto exiguo que no les da para abordar un proyecto de envergadura utilizando la cartografía, la teledetección, los drones, el Big Data para mediante simulaciones y datos conformados no tener que volar toda España palmo a palmo. Ah, se me olvidaba, en España no hay análisis de suelos, pero lo que escribo, bien se puede llevar a cabo con las herramientas existentes y la total seguridad de que, costará, pero el tema se puede mantener a raya tanto en cuanto se integre en la naturaleza con sus depredadores, enfermedades y demás calamidades. Pues esos que hablan y escriben de erradicar, no conocen el asunto en profundidad.

IMPACTOS EN LA APICULTURA.

Un par de hermanos solteros de Valderrábano (dos buenas personas y amigos) me dijeron que en un colmenar de un pueblo cercano se había albergado un enjambre de vespas velutinas. Empecé a sospechar que me tomaban el pelo cuando me dijeron que estaban cobijadas en los nichos del colmenar. Como ya me habían engañado con los berros y alguna cosa más, les dije que iba a ir un día y fui otro por precaución a que me estuviera esperando el guarda, pues para manipular estos avispones hace falta un permiso especial y a lo mejor si lo iba a sacar me imponían una sanción por invadir la zona de nidificación. Fui y me encontré con unos abispones tremendos  que los he fotografiado guardando las distancias y no utilizando mi cámara macro. Le di algunas fotografías al conocido de todos, Julen Rekondo, qué es químico y periodista y me dijo que casi mete la pata, pues que le había dado vespas crabro. Y me dijo que para no equivocarme jamás, tuviera siempre presente que las velutinas tienen la terminación de las patas amarillas y las crabro marrones. Ya les contaré obra y milagros de este par de perillanes.

El otro día les escribía de cómo a orillas del Bidasoa tengo un amigo donde se las ve y se las desea para cosechar las manzanas de hacer sidra, pues como cerca hay nidos de velutina, todas están comidas he incluso se ponen al fresco dentro. Pues bien, esto lo hacen con toda clase de fruta que tenga azúcar. Y eso para según y qué productos,  es un problema tremendo.

Del total de insectos que “consume” la V. velutina, las abejas de la miel (Apis mellifera) suponen un 65% de su dieta en zonas urbanas, periurbanas, áreas naturales o forestales, y un 30% en zonas agrícolas (Villemant y cols., 2011a).

No hay estudios económicos de fiabilidad de los daños que lleva a cabo el cada vez mayor número de velutinas. Pero están en ello, por lo que aventurar cifras me parece fuera de lugar sin conocer, por lo menos, el número de nidos.   

Por el momento, no hay estudios que hayan cuantificado los efectos negativos o daños que pueden causar las avispas asiáticas en la apicultura en general, como el descenso de la producción de miel, disminución del número de colonias de abejas, además de los perjuicios en la polinización. A todo ello hay que sumar los daños causados por este avispón a las abejas se suman a los que ya sufrían con anterioridad: virus, desaparición de hábitat, pesticidas etc.), por lo que calcular la causa concreta de las pérdidas en apicultura, así como valorar lo que supone económicamente cada una de ellas, es complicado. En la región de Gironde (Francia) se ha constatado que en las zonas en contacto con avispa asiática, ha habido una bajada en el censo de apicultores de hasta el 26% (Saunier, 2011). Existen observaciones hechas por apicultores y por técnicos, que reportan daños en distinto grado, desde leves descensos de la población de abejas, falta de polen y miel en otoño, pasando por graves déficits en las reservas de alimentos, hasta la muerte de la totalidad de las colonias en algunos colmenares. Las colonias que sufren ataques importantes y prolongados, llegan al invierno con la población de abejas mermada y con pocas reservas de miel y de polen, lo que aumenta la mortandad otoñal e invernal de estas colonias.

Se ha cuantificado el tiempo y el dinero que cada apicultor debe destinar para combatir esta plaga: fabricar las trampas, comprar los atrayentes, poner y retirar las trampas se suele hacer una vez por semana, mover las colmenas de sitio ante ataques masivos, alimentar colonias por falta de entrada de néctar, compra de enjambres para reponer bajas, disminución de producción de mieles de verano otoño etc.

 A un apicultor con 20 colmenas y en un colmenar con gran presencia de avispones, desde agosto hasta diciembre, le puede suponer unas pérdidas aproximadas equivalentes al menos a un sueldo mínimo anual.

IMPACTOS EN EL MEDIO AMBIENTE – PREDACIÓN

Según estudios del INRA y del MNHN francés, la alimentación de la Vespa velutina se basa sobre todo en himenópteros (entre un 53% en áreas agrícolas y un 85% en áreas forestales y urbanas), en dípteros (36% en zonas agrícolas y 9% en zonas forestales) y otras especies de insectos (entre un 4% y un 9%).

Se calcula que cada nido consume medio kilo de “carne” al día cuando alcanza su mayor tamaño. Estos datos nos indican el posible impacto que puedan estar causando estas avispas predadoras en la entomofauna local, sin embargo, por el momento no se dispone de estudios que demuestren la magnitud del daño causado en poblaciones de insectos y artrópodos.

FUENTE: Manual para la gestión de la Avispa asiática,  páginas de la 38 a la 33 ambas inclusive.

        

 

                                               Miguel Ángel Romero Ruíz          

                                                                                                              

Miguel Ángel Romero Ruíz, informático de profesión y tanto cazador como pescador de vocación. Miguel Ángel es, ante todo, un hombre que ama al Mundo Rural en todas y cada una de sus dimensiones. Nació en mayo de 1951 en Fuente Andrino (Palencia) y lleva más de 40 años fuertemente arraigado en Euskadi. Es un amante incondicional de las culturas autóctonas y por ende de las cazas tradicionales.

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2 Commentarios

  1. Avispas Asiaticas
    0

    Un muy buen intersante artículo sobre este insecto cada vez más presente en nuestras tierras, hemos reunido tambien informacion en la web avispasasiaticas.com

  2. Susana puig
    0

    Hola,
    Tus artículos son muy interesantes y con mucha informacion
    Vivo en una casa de campo aislada y hoy me ha entrado una avispa asiática en casa
    Debo dar parte? Y a quien?
    Muchas gracias
    Un saludo

Los comentarios están cerrados.

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Miguel Ángel Romero Ruíz, informático de profesión y tanto cazador como pescador de vocación. Miguel Ángel es, ante todo, un hombre que ama al Mundo Rural en todas y cada una de sus dimensiones. Nació en mayo de 1951 en Fuente Andrino (Palencia) y lleva más de 40 años fuertemente arraigado en Euskadi. Es un amante incondicional de las culturas autóctonas y por ende de las cazas tradicionales.

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