Cuando me propusieron colaborar para Desveda, al principio dudé porque yo no soy escritor, solo soy “aficionado a la caza”, y digo “aficionado”, no CAZADOR. El título del que hablamos no lo puede obtener cualquiera por el hecho de salir al campo en pos de las piezas. La caza es un arte, que engloba algo más que volver a casa con unas perdices, liebres, conejos o alguna becada.
Este doctorado se consigue después de una vida cinegética plagada de jornadas de caza, multitud de lances, visitas a diferentes tipos de cazaderos, mil probaturas de municiones o búsqueda del perro perfecto.
Esta afición abarca también el preocuparse en época de veda de todo lo que rodea a la cinegética, al campo, a las cosechas, etc.
No solo desde octubre hasta enero vive el cazador, no; hay más meses muy importantes que influyen en esta afición.
Pero la nota para aprobar, se saca en la escuela. Señores, hay que ir al campo y no vale con salir una docena de días en la temporada; ni una docena de temporadas, no.
El examen se abre el primer día que nos amanece con la escopeta en nuestras manos, incluso todas las veces que fuimos de morraleros con nuestros padres o amigos, también acudíamos a la escuela.
Y cada día, cuando volvemos a casa, cada uno de nosotros nos evaluamos, ¿verdad? y siempre hay algo en lo que mejorar, sino es en el tiro, es en la táctica o sino en otros aspectos.
El domingo debemos volver y tratar de corregir los errores pasados, y así vamos pasando días de clase, un día y otro y otro. Y llevas diez años y te das cuenta que sigues aprendiendo. El campo cada vez te enseña un poquito más, pero no todo; es un libro muy grande.
Pasan otros diez años, y vas cogiendo seguridad en muchas lides, pero sigues aprendiendo. Y pasan más años y ves que aquel dicho de “solo sé que no sé nada”, se puede aplicar a la caza.
Entonces llega el momento en el que te das cuenta de que no eres cazador, sino aficionado a cazar; y con humildad lo reconoces.
Cazadores hay muy pocos. Tantos como Matriculas de Honor nos otorgue el campo, y nosotros mismos al evaluarnos con sinceridad. Las demás notas no sirven para obtener el título, sino para volver en octubre y repetir curso. Y además a gusto oiga; que diría un castizo.
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