Friso
Friso
Friso
Friso

No hay mayor ecologista que un verdadero cazador

Mi pelo se moldea al son de ese
viento que provoca una preciosa
melodía al entrelazarse con las ramas
de los pinos. Ese diamante que brilla en el
cielo, ilumina todos y cada uno de los
recobecos que componen ese precioso
paraíso en el que me encuentro,
dibujando a su vez, la silueta de hermosos
montes que se vislumbran en la distancia y
haciendo que el cañón de mi fiel
compañero, radie de felicidad por estar
de nuevo en las andadas.

Observo con atención el ajetreo de
la civilización desde el epicentro del
silencio, desde donde una hora pasa en un
segundo, desde donde soy presa de un amor
eterno, donde observo el movimiento de la
vida sumida en un sueño, donde poder
dejar la mente abierta e intentar comprender
el sentido del mundo.

Los animales han comenzado ya su
procesión de cada noche, es su
preciado momento, son libres y están
en su valioso paraíso. Que preciosa
postal.

Mientras disfruto de lo que la naturaleza
me brinda,  me propongo comprender
los pensamientos de aquellos que critican al
colectivo cazador, haciéndose llamar
ecologistas. Para ello, intento ponerme en su
lugar,ver la vida con sus ojos, sentir lo que su
corazón les grita en cada
pálpito. Intento comprender el por
qué de su desacuerdo hacia nuestra
afición, a la vez que vigilo, como el
buhó desde su cobijo, todos los
movimientos que despiertan mi
atención.

Miles de ideas son las que ocupan mi
cabeza, cientos de explicaciones y un sin
fín de posibilidades de respuesta, pero
no consigo comprender del todo sus ideas, no
consigo entrar en razón.

Me coloco bien el gorro del abrigo para
que mi cara no reluzca a la luz de la luna, y
así pasar desapercibida si algún
atrevido jabalí decide compartir
conmigo la melodía que las ranas
ofrecen con su croar.

Esta es mi vida, esto es lo que me
caracteriza, esto es por lo que amo el campo,
por lo que cuido como si oro fuese, todos y
cada uno de los rincones que, en su conjunto,
forman la naturaleza. ¿Cómo
alguien puede criticar un sentimiento, un estilo
de vida o una forma de ser?. 

El silencio sigue adornado por el
resquebrajar del monte al pasar algun conejo
entre los espartos o un hambriento zorro que
aún no ha encontrado su cena. Pero yo
aún no he encontrado respuesta para la
cuestión de esta noche.

Intento hacer balance de mis acciones,
para intentar concluir algo antes de que la luna
decida volver a su encame, pero sigo con esa
duda en mi cabeza.

Me gustaría que una de esas
personas que critican mi afición, me
acompañasen en los largos paseos que
alguna que otra tarde decido regalarme para
ver si todo anda en orden por ese tesoro de la
tierra. Me gustaría que en un
año de sequía y hambruna, me
acompañasen a acercar elementos tan
primarios y esenciales como son el agua y la
comida para que los animales no sufran lo que
los humanos estamos haciéndole al
medio. Me gustaría que estuviesen
sentados aquí a mi lado, gozando de
todos y cada uno de los sonidos que rompen el
silencio, de ver como los animales se regocijan
con el frescor de la noche. Me gustaría
que ellos viesen el sentido de la vida a partir
de ese punto, teniendo en cuenta que el
hombre lleva cazando desde el desde tiempos
inmemoriales. Me gustaría que viesen
lo que una hembra de jabalí es capaz
de hacer para proteger a sus jabatos, como yo
tantas noches he visto y admirado. Me
gustaría que ellos permanecieran
inmóviles, con el corazón
desbocado y manteniendo la
respiración, cuando un intrépido
jabalí intenta descubrir su presencia
buscando el sentido del viento y advirtiendo
con sus bufidos de algo sospechoso en su zona.
Me gustaría que ellos le tuviesen tanto
respeto a esos animales al ocupar su territorio,
que comiesen carne pura o que se rasgasen la
piel al patear el campo con la camiseta llena
de sudor,-¿Quién más
puede decir eso?, con una sonrisa en la boca a
la vez. Me gustaría simplemente, que
me acompañasen en mi día a
día y así puedan ver lo que
para mi es ser cazadora.

Finalmente, haciendo memoria de mis
posteriores pensamientos y de lo vivido
durante mis incursiones cinegéticas,
llego a la conclusión de que no hay
mayores ecologistas que los cazadores que
vivimos, hacemos y amamos el medio que
está dentro de nuestro ser y que tan
bonitos recuerdos nos hace guardar en nuestras
memorias.

Define su pasión por la caza con la siguiente frase: "La caza no es mi afición, es mi estilo de vida"

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Define su pasión por la caza con la siguiente frase: "La caza no es mi afición, es mi estilo de vida"

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