Para los pescadores de tierra, la temporada comienza en primavera y muere con el final de verano. El cambio de estación, el tiempo desapacible con las primeras lluvias; todo invita a colgar los bártulos de pesca hasta la primavera siguiente.
Pero la verdad es que el otoño ofrece un amplio abanico de posibilidades para el pescador inquieto. Los chicharros vuelven a cercarse a la orilla, poniéndose a tiro de las cañas de spining. Lo mismo ocurre con los verdeles. Voraces y luchadores resultan adversarios de primer orden.
Las grandes lubinas, inaccesibles hasta ahora, se adentran por las rías para satisfacer la llamada anual de la reproducción. Momento que coincide con la llegada de la angula. Es el momento ideal para tentar esta especie tan atractiva como esquiva. Si tenemos la paciencia de capturar algún ejemplar de angula, será sin duda la mejor manera de asegurarnos las capturas. Se ensarta la angula por el lomo en un anzuelo fino y se le deja nadando en las proximidades de algún paso tradicional. El transito continuo de las motoras peinando la lámina acuática nos indica que estamos en el lugar querencioso. La brusca inmersión de la boya será el indicador de que la angula ha sido enguyida. Fijamos el anzuelo con un buen tirón y disfrutamos de la lucha plena del animal recién enganchado.
Es también un buen momento para aplicar técnicas poco utilizadas en los escenarios marinos. La mosca es una de ellas.
Cuando las angulas inician su lento peregrinaje por las rías y se encuentran con la corriente de las mareas, tienden a suavizar su efecto circulando por la orilla. Hecho que las lubinas conocen y aprovechan para ponerse “moradas”. Apostados en algún lugar estratégico del espigón, no queda más que posar la liviana imitación de angula y hacerla navegar contra la corriente generada. Muy parecido a la forma en que se tientan los salmones en el río. Lanzando a la orilla opuesta, se dibuja un semiarco y se recupera el engaño contra la corriente.
Es una forma fácil y agradable de pescar. Una buena opción para el que se resiste a colgar las cañas.
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