La franja costera entre Deba y Zumaia forma uno de los paisajes más espectaculares de Gipuzkoa, con impresionantes acantilados y la mayor rasa mareal de Europa, donde habitan innumerables especies de singular relevancia de fauna y flora. Además, hay que añadir el inmenso valor geológico que atesora, ya que es sus rocas se pueden leer los cambios acontecidos en nuestro Planeta durante 50 millones de años, lo que convierte la zona en un punto de referencia mundial. Casi nada.
Precisamente con el objetivo de asegurar la conservación de este patrimonio del frente del acantilado, así como para la protección y gestión del paisaje de la zona litoral, el Gobierno Vasco declaró como Biotopo Protegido la franja costera de unos 8km de longitud que hay entre Deba y Zumaia. En el mismo decreto de aprobación se garantiza, además de los citados, el objetivo de mantener y desarrollar los usos tradicionales que sean compatibles con la conservación.
La caza es uno de esos usos tradicionales. Desde el mismo Plan de Organización de los Recursos Naturales del Biotopo se reconoce que ésta no supone una afección importante para el medio natural, y se especifica que la actividad cinegética se ha centrado tradicionalmente en la pasa y la contrapasa, además de otras prácticas cinegéticas con arraigo en la zona como la caza al salto de becadas, avefrías, anátidas, etc. No obstante, y con el fin de evitar conflictos por la coincidencia ocasional en el tiempo y el espacio con las actividades recreativas y didácticas que se pretenden promover, se recomienda la ordenación de la caza en la zona.
A tal efecto, se ha aprobado recientemente un Plan Técnico para regular la caza dentro del Biotopo. En él se prohíbe la caza (y la pesca) en las zonas de reserva, que corresponde a los acantilados y la rasa mareal hasta una profundidad de 10 metros en dos zonas. Para el resto de la zonificación terrestre del Biotopo, que abarca unas 500ha, en las que se alternan campas y bosquetes diversos, sorprende lo estricto de la regulación adoptada en relación con la legislación que se venía aplicando hasta ahora en la zona, y que continúa vigente en los terrenos limítrofes, de características muy similares al entorno protegido.
Una de las medidas más restrictivas corresponde a la de especies autorizadas, ya que de las 32 cinegéticas de caza menor permitidas en Gipuzkoa, tan solo 12 podrán cazarse a partir de ahora en el Biotopo: codorniz, tórtola europea, becada, avefría, becacín, paloma torcaz, los cuatro zorzales, corneja y urraca. Se echan en falta algunas muy frecuentes en la zona, especialmente durante la migración, como pueden ser la paloma zurita, el estornino pinto o las anátidas.
Respecto a las modalidades, concretamente, se permite la caza primeramente durante la media veda, a continuación la pasa desde puestos fijos mediante sorteo, y al finalizar éstos se expedirán un máximo de 20 permisos diarios para la caza al salto CON PERRO. Se entiende, por tanto, que quedan excluidos de esta última modalidad los que no tengan un perro de caza. Es una situación un tanto absurda si atendemos al listado de especies: avefrías, zorzales, becacines… para las que, exceptuando el caso de la becada, no se requiere necesariamente la compañía del perro. Es una norma tan injusta con los muchos cazadores vascos que no pueden permitirse el lujo de mantener un perro en los tiempos de crisis que vivimos como fácil de solucionar, ya que solo sería necesaria la eliminación de dos palabras de todo el Plan Técnico: “con” y “perro”. En el mismo plan se prohíbe el entrenamiento de perros de caza en el área para evitar molestias a la fauna, por lo que sería absolutamente contradictorio que luego no se autorizara la caza sin él.
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Precisamente,estos, que tambien legislan.Son los que jamas cazaran,en estas zonas, por eso no les importa en absoluto,el dolor y la impotencia que causan con su incompetencia,a los aficionados cazadores vascos. AGUR BAT.