El cierre del campo de tiro de Kurkudi, en Leioa, cumplirá tres años a finales de este verano. Unas denuncias particulares y la falta de un permiso de actividad vigente condujeron a ello. Seguido cayó y calló el campo de Lezama, acosado por una plataforma de esas que hay por ahí. Poco después cerró sus puertas el de Gibele en Bermeo, gracias a una curiosa interpretación de la ley. Y Bizkaia se quedó sin campos de tiro.
Más de treinta mil personas con escopeta de este territorio se quedaron sin poder usar o probar sus armas de una manera legal. Algo inédito en todo el Estado español.
Al menos, una tímida luz salió desde Gallarta, el año pasado, y después de siete largos años de espera y papeles se abrieron sus puertas a un foso olímpico en el que hoy por hoy es el único campo abierto de Bizkaia.
Volvamos al de Leioa, seguramente con las menores instalaciones de Bizkaia e incluso de Euskadi gracias a sus dos fosos olímpicos, un minifoso, una pista de compak sporting y hasta instalaciones de pichón artificial, una pujante escuela de tiro, actividades y calendario consolidados en unas instalaciones dignas, además de parking y un local social con servicio de bar y baños, en una zona apartada de la localidad.
Todo al traste. Se ha pasado de acoger un Campeonato de España de Foso Universal (septiembre de 2007) o Campeonatos de Euskadi de Recorridos de Caza y de Compak al cierre más absoluto, a pesar de contar con el apoyo del Ayuntamiento y de los permisos correspondientes del Ministerio de Interior. ¿Dónde está, pues, el problema?
En el túnel administrativo en el que se ha metido. El Ayuntamiento quiere reabrir con todas las garantías medioambientales para dar su permiso de actividad, algo lógico. Dos estudios a Ihobe, muchísimos trabajos de por medio, idas y vueltas, dinero, asambleas “vacías”… para llegar no hace mucho a Medio Ambiente del Gobierno Vasco, que tampoco parece de momento querer dar un visto bueno a una sencilla pregunta ¿qué es lo que hay que hacer? solicitado por Ayuntamiento y Sociedad implicadas, que cuentan con el respaldo de las federaciones. ¿Quién es el culpable? ¿Por qué no se dan nombres o siglas? ¿Por qué no se hace nada?
Y ahora es cuando toca también la autocrítica. ¿Qué han hecho federaciones, sociedades, asociaciones y resto de grupos y personas por defender en general la situación del tiro en Bizkaia?
¿Los tiradores? Salvo ponerse trabas unos a otros, hacerse faenas, hablar mal del vecino (que no contrario) y poco, muy poco más. Eso sí, los bares y las tertulias resultan animadas despojando de piel a todo lo que se menea en el mundo del tiro. Nada más.
Ya sabemos que la escopeta y el tiro tienen “mala prensa” en sociedad. Pero las empresas, los cartucheros, los importadores, los de las escopetas, los armeros, las sociedades y hasta los propios tiradores ¿dónde están? ¿Qué hacen?. ¿Cogerá alguien las riendas de este asunto? ¿Volverá a haber tiro en Bizkaia o dejaremos que nos pasen por encima?
es una vedrdadera lastima, y creo que seria un gran y rentable negocio , creando puestos de trabajo , que tanta falta hacen hoy