Los cazadores y pescadores estamos acostumbrados a valorar la caza y la pesca en función de lo que estas nos aportan. En algunos casos nos sirve “el cuanto” (cuanto he cazado o pescado ya sea en cantidad o calidad de trofeos) y en otros lo importante es “el cómo” (cómo he conseguido abatir o pescar una pieza, reconociendo la deportividad que conlleva el lance, donde no prima tanto la cantidad). Si bien es cierto que valorar “el cómo” puede ser más deportivo, sin querer desmerecer a “el cuanto”; en mi opinión ambas posiciones o pensamientos parten de un punto, que busca satisfacer nuestras necesidades particulares como cazadores y pescadores. Llamarlo egoísmo no sería justo, pero afirmar que cazadores y pescadores solo nos movemos “un poquito“, en defensa de nuestras aficiones, cuando vemos peligrar nuestra manera de entender la vida, es una realidad que nos puede hacer mucho daño como colectivo. Esta es la base de lo que pretendo transmitir con este artículo, pues solo la unión puede garantizar nuestro futuro.
Los anti caza unidos
Mientras tanto el colectivo anti caza (ecologistas, veganos y animalistas) permanecen unidos, con estrategias claras que pretenden acabar con la caza y la pesca. Su organización ecologista, parte de una estructura política en Europa, que les permite canalizar todas sus propuestas en el parlamento Europeo, que son bien vistas y apoyadas por políticos que buscan un “postureo ecologista” con fines electorales. Luego están las asociaciones ecologistas con base en España, financiadas “hasta las cartolas”, con decenas de trabajadores a sueldo de estas organizaciones, cuyo trabajo está enfocado a establecer y crear estrategias y “estudios”, algunos sin ningún tipo de escrúpulo científico, como ha sido denunciado en numerosas ocasiones, con el fin en gran parte de los casos, de restringir o acabar con la caza. Luego está el “brazo armado anti caza”, los fanáticos que no dudan en agredir de la forma que sea a la caza y la pesca. Veganos y animalistas “que mueven el árbol en los medios de comunicación, para que las asociaciones ecologistas recojan las manzanas en forma de subvenciones” y es que los políticos no quieren problemas. Son conscientes de la necesidad de la caza, pero saben que vendiendo ecología (aunque sea una postura ficticia) consiguen mucho más votos. Y al final la unión entre cazadores y pescadores no les interesa.
Los representantes de los cazadores más desunidos que nunca
Cazadores y pescadores podemos pensar, que decir lo primero que nos viene a la cabeza en redes sociales es la solución a nuestros problemas. Puede ser un derecho (siempre y cuando se realice con civismo) pero no es la solución. Quejarnos con razón de la falta de unión del colectivo, es nuestra obligación. Pero exigir que las entidades representativas de los cazadores y pescadores aúnen esfuerzos para defendernos de los ataques de los anticaza, y se creen estructuras comunes para establecer estrategias a favor de la caza y la pesca, es una obligación que todos los cazadores y pescadores deberíamos de apoyar de alguna manera.
Un futuro incierto para la caza y le pesca
Hablamos de falta de relevo generacional y no nos preocupamos de quienes trabajan por ello. Hablamos de unión del colectivo y cada organización, asociación o federación, estamos en este momento más desunidos que hace 8 años, cuando empezaron los problemas en la RFEC. Solo espero, en este caso por el bien de la caza, que las entidades más importantes de España: RFEC, ONC, UNAC y la Fundación Artemisan, piensen más en trabajar conjuntamente, creen grupos de trabajo que lo faciliten, y establezcan estrategias que garanticen un futuro a la caza. La Alianza Rural puede ser una herramienta, pero sin el apoyo expreso y unitario de las organizaciones que he nombrado anteriormente, difícilmente se la podrá sacar utilidad alguna en defensa de la caza, la pesca y el medio rural y nuestro futuro como colectivo.
¡Feliz 2018 compañeros!