Escrito lo anterior, hay que matizar. Yo no tengo nada contra los granjeros que crían perdices para el comercio de carne o para abastecer a los cotos intensivos. No tengo nada en contra de ninguno de ellos, ni me importa que estén sus perdices mixturadas hasta con los concejales de urbanismo. Esas perdices son para soltar y matar.
Ahora bien, si los granjeros se pasan de la raya y dicen de repoblar con esa bazofia los cotos normales, me opongo con toda mis fuerzas porque son perdices mixturadas por mucho que entren a hacer estudios la Universidad o el Ku Klux Klan. Lo mismo me da. Todos tienen un precio y después de demostrarse sobradamente por el IREC que las semillas son mortales de necesitad para la perdiz y toda aquella ave que las ingiera, yo creo que quienes hacían estudios al respecto y otros relacionados con lo nuestro, se debieran de ir de Bachata o a bailar Ballenato o Requetón. Todos saldríamos ganando aun cuando nos cobraran el bailongo.
No toleraré jamás a quienes hagan negocio para soltar y matar en grandes cantidades queriendo sustituir la perdiz autóctona por otra que está mixturada y encima tiene fecha de caducidad para que la granja siga produciendo a todo producir. Eso no lo toleraré jamás.
Tengo que decirles que mis perdices de reclamo me las suministra la Granja Ramírez y como Jordi no trata de engañar, tengo con él una amistad sensacional. Las mejores perdices para el reclamo son las silvestres. Quien ponga en duda eso, además de un animal, es un ???hideputa??? con un desconocimiento del tema brutal. Yo, recurro a la granja porque no está el campo como para extraer perdices silvestres a troche y moche. Podrá darse por aludido quien quiera, pero jamás me he referido en mis escritos a Percofan con ánimo de molestar. Pues a su gerente, Francisco Jiménez Aguilera, recurro para comprarle piensos y todos los útiles de la modalidad. Creo que tiene una cierta incompatibilidad al ser copropietario de Percofan y encargarse en la RFEC del tema de la perdiz con reclamo, lo que da lugar a que muchos piensen que se prima en la modalidad el canto de la granja sobre el del campo, que dicho sea de paso, no es igual.
No tengo absolutamente nada en contra de Jesús Toledo Leceta, hermano de Iñaki, el Campeón de Becadas de la pasada edición. Jesús tiene un coto intensivo denominado Txoriarte donde enseñamos y entrenamos a los perros porque en Álava no se les puede llevar sueltos en el campo ni para mear.
Tengo mucho en contra de los prepotentes que siembran el campo con arrogancia y encima quieren pasar por paradigmas de la dignidad y de la puridad genética de no sé cuantas generaciones de bichos con plumas soltados con fecha de caducidad y a sabiendas de que no van a criar en situaciones de adversidad.
Miguel Ángel Romero
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