Palomeras de Etxalar (Navarra). Cada otoño, siempre que sople viento del norte o del este, el cielo de Etxalar es testigo de la pasa de miles de palomas.
Hace más de 600 años, un pastor adquirió la costumbre de tirarles piedras.
Al ver que descendían, un obispo le animó a colocar redes para atraparlas. Y así nació esta singular forma de caza, única en la península ibéria, que sigue practicándose desde entonces.
A lo largo de su historia ha contado con espectadores de lujo como el emperador Napoleón III o los reyes Alfonso XII y XIII. En la actualidad, ha sido declarada Bien de Interés Cultural.
Trepas, zatarras, paletas, redes y escopetas se activan cada temporada en el collado de Usateguieta.
Se puede admirar todo el proceso y conocer los entresijos y secretos de las palomeras a través de las visitas guiadas de otoño ó acercándose a Etxalar el Día de las palomeras.
Y como el paisaje pirenaico en el que se desarrolla esta actividad es una delicia con o sin pasa, el resto del año, te sugerimos un paseo por la zona.
La pasa en este punto de los Pirineos la realizan sobre un círculo montañoso, en una hondonada del monte que van a atravesar en la muga delimitada por Mendikarri, Txorilepo y Lakain. Continuando por Gaztelepo y la «Cincuenta» , en el paraje de Larmendi y en el collado de Usateguieta.
Las trepas son torres o plataformas, de 10 a 20 metros de altura, camufladas con vegetación. Se distribuyen en forma de embudo.
Cuanto más alejadas de las redes, más distanciadas entre sí. Los palomeros situados al principio del recorrido agitan las zatarras mientras gritan. A pesar del nombre, el utensilio no es más que un palo de madera de 1 metro de largo del que cuelga un trapo blanco.
Sin embargo, el sonido que emite al ser sacudido recuerda a un disparo de escopeta.
Según se van acercando las palomas, se lanzan las paletas. Son de madera, pintadas de blanco, como paletas de ping-pong e imitan el ataque del halcón. La reacción de la bandada es juntarse y descender a ras de suelo.
Es el turno de las redes. En la actualidad se usan 6 (Kalamua, Monua, Elutsa -la más grande- y Miarra son las primeras y originales.
Fortuna colocada en 1869 y Lakaina en 1920). Sujetas de un lado al suelo y elevadas a modo de planos inclinados por medio de poleas, funcionan con un sistema de contrapesos.
Cuando el palomero acciona la palanca, las redes caen a gran velocidad apoyándose en el suelo y atrapando a las presas en medio
Un toque de corneta anuncia a los escopeteros que es el momento de entrar en acción. Sus puestos de caza son propiedad del ayuntamiento y salen a subasta cada año desde 1949.
No así el derecho de caza con redes que pertenece a particulares, en concreto a la familia Gaztelu. Esta situación originó muchos pleitos como el del cura, que saltándose todas las normas, puso su propia red y tuvieron que llegar a los tribunales para que la quitara.
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