Lo veníamos apuntando hace tiempo; la peste porcina africana está afectando cada vez más a varios países de la Comunidad Europea. Y no es difícil que con el paso del tiempo España se vea también afectada por esta lacra. De hecho, más de 1.000 casos se han detectado en Alemania, concretamente en los Länder de Brandeburgo y Sajonia. ¿La solución? Muy compleja. Solamente la intervención de los cazadores apoyados por la administración arreglaría en parte el problema al detectarse los primeros casos de PPA. Como es lógico la ayuda de perros picados al jabalí es imprescindible, siempre que sepan obedecer, tengan afición y fino olfato. ¿Cuáles son pues las cualidades generales a exigir de un buen perro de caza?
Primordialmente tres: obediencia ciega, gran afición y fino olfato. Mediante la primera sacaremos partido del peor perro, de forma que al menos no llegue a constituir un estorbo que, en ocasiones, ya es mucho. Mediante la segunda batirá más terreno y, por lo tanto, nos encontrará más caza y con la tercera aptitud nos permitirá realizar el lance en las mejores condiciones. Sin embargo, estas tres cualidades deben estar bien armonizadas. Así, por ejemplo, de nada servirá a un perro de poca correa poseer el mejor olfato, ni a uno de poco olfato poseer las mejores patas. En el primero caso, el trabajo del perro será lento e ineficaz; y en el segundo dejará atrás algunas piezas al no percibir su rastro. Llegados a este punto, más de un cazador se preguntará cómo conservar estas cualidades. La regla fundamental es cuidar al animal con el mayor celo que sea posible. Dice un proverbio que más vale prevenir que curar. Recordar una vez más el cariño y entendimiento que debe mantenerse entre cazador y perro, pues a él, no hay que olvidarlo, debemos nuestros mejores momentos y alegrías. Y para terminar transmitir el más sentido pésame a las familias de los periodistas David Beriain y Roberto Fraile, asesinados por intentar dar visibilidad a la lacra que supone el furtivismo en todo el mundo.