Perdices SOS
Muchas veces hemos denunciado la infinidad de perdices que mueren por la deshumanización que está sufriendo el campo a consecuencia de un sin fin de productos fitosanitarios tóxicos, autorizados por la administración y sin culpa alguna de los agricultores que se limitan a utilizar lo que el gobierno les indica y permite. Sin embargo existe también una predación descontrolada de perdices y otras aves que si bien siempre se sabía nunca el gran número de animales que la ejercen. Un reciente estudio promovido por la ONC y elaborado por José Luis Garrido Marín no deja de sorprendernos el número de enemigos que predan a la reina de la avifauna ibérica.
Mamíferos: zorro, lobo, perro cimarrón, lince, gato montés, gato cimarrón, tejón, armiño, comadreja, visón europeo, visón americano, turón, nutria, marta, garduña, meloncillo, gineta, rata campestre, lirón careto, erizo común y jabalí.
Aves: águila calzada, águila culebrera, águila imperial, águila real, aguilucho cenizo, aguilucho lagunero, aguilucho pálido, alcotán, azor, cernícalo vulgar, elanio común, gavilán halcón peregrino, milano negro, milano real, ratonero común, búho chico, búho real, cárabo, lechuza común, arrendajo corneja, cuervo, grajilla, rabilargo, urraca, gaviota patiamarilla, gaviota reidora, alcaudón real, cigüeña común y garcilla bueyera.
Reptiles: culebra bastarda, culebra de escalera y lagarto ocelado.
En resumen, un total de 55 especies predan sobre la perdiz, sus crías y huevos. ¡Una barbaridad! Y lo curioso del caso es que solo cinco especies de esta relación (urraca, grajilla, corneja, zorro y jabalí) están autorizadas para la práctica de la caza. Todos los estudios coinciden que por culpa de la predación la perdiz pierde un 40% de los nidos y 50% de los que consiguen llegar a pollos. Si añadimos los adultos que mueren por los fitosanitarios tóxicos (un 60%) el panorama no puede ser más desalentador. ¡Pero qué más da! Si nadie mueve ficha, y los anticaza alardean de salvadores patrios y arremeten con saña contra los cazadores que con su esfuerzo y dinero son los únicos que mantienen con gran dificultad los animales motivos de su afición. De lo contrario no duden que desaparecería la perdiz roja.