Estos días pasados de viento sur, pájaros de distintas especies han pasado por nuestros cielos. Si el fin de semana se sentían zorzales comunes y alirrojos, anteayer las calandrias se dejaban oír en pasos altos, aunque en dirección a la costa y hacia el noreste, la contraria de la que toman en otoño. Un espectáculo para zonas querenciosas y los amantes de las aves en general, aunque en estas fechas sea plena la veda.
Una buena noticia llegaba la semana pasada hasta fuentes federativas, y es que la Real Federación Española de Caza recibió la comunicación del archivo definitivo por parte de la Comisión Europea, remitida al Reino de España en octubre de 2009, en relación a las dudas sobre el supuesto incumplimiento de la Directiva Aves. Texto que según se interprete resulta una pesadilla para muchos cazadores vascos.
ALARMA.Y es que la queja que recibió España sobre la modalidad de caza de perdiz con reclamo generó gran alarma social entre “cuquilleros” y perdiceros especialistas en esta modalidad. Según la explicación federativa, “la buena gestión del actual equipo de trabajo del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino en estrecha colaboración con el equipo de la RFEC y las Federaciones Autonómicas de Caza ha dado sus frutos y despeja para siempre las incertidumbres y reservas que se habían expresado sobre esta tradicional modalidad”. Algo de lo que alegrarse, porque seguro se realiza de forma ordenada, selectiva y controlada. Y no supone otro paso atrás para los cazadores. De hecho se practica ahora en Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha, comunidades valenciana y murciana, e incluso en Baleares o Aragón.
VASCOS. Pero si miramos a nuestros cazadores, en estos días en que los pájaros vuelven hacia Europa con los vientos de componente sur, se reabre la herida por la prohibición de la caza en “contrapasa” de la paloma torcaz, modalidad vetada el año pasado hasta por el Tribunal Constitucional, dejando con un palmo de narices a los cazadores vascos de a pie y a su ancestral costumbre de cazar “de vuelta” las torcaces de forma tradicional, selectiva, vigilada y controlada por nuestras Diputaciones, con un número de capturas irrisorias para unas poblaciones al alza en toda Europa. Apenas cuatro mil capturas o menos en una población de varios millones de palomas, que por ejemplo ahora se siguen cazando legalmente en Extremadura hasta final de mes, desde puesto y sin cupo, junto a otras especies, sin que nadie ponga el grito en el cielo.
Julen Rekondo, experto en temas medioambientales, premio nacional de medioambiente y del Gonzalo Nardiz, y miembro de Naturgintza, aseguraba en enero en la web de “desveda.info” que, “desde el punto de vista de la estricta conservación de la paloma torcaz, hay que decir que este tipo de caza no supone ninguna amenaza seria”, por ser un ave “abundantísima” en Europa y porque en contrapasa el número de capturas es muy escaso en Euskadi, lo que permitiría platear su debate, alejado de datos manipulados y sin rigurosidad. Lo dice alguien de sobrada solera y nada sospechoso de favorecer a la caza sin basarse primero en argumentos sólidos.
Pero los “temas vascos”, tampoco los cinegéticos, no deben tener buena entrada en la capital española. Ojalá los cazadores vascos de a pie “de contrapasa” hubieran contado en su día con la “buena gestión” del ministerio de turno y del equipo federativo estatal para lograr frutos distintos al portazo recibido hasta del TC. Otro gallo nos cantaría. Pero la perseverancia de los cazadores vascos es inmensa y siguen recogiendo firmas de apoyo para retornar a la legalidad de una modalidad sobre texto que también contempla excepciones. La esperanza, y más en esta afición, es algo que nunca se pierde.
Amigo Javier, en primer lugar enhorabuena por tus artículos semanales que leo desde hace años. Y en lo que a las cazas autóctonas se refiere, creo haberme quejado de la prohibición de la CONTRAPASA desde hace años en todos los medios a mi alcance. Pero a renglón seguido digo que: sí a la Contrapasa, sí al Parany, sí a la caza de la perdiz con reclamo (modalidad que practico) y en definitiva: SÍ ??? a todas las cazas autóctonas. Sobre todo, cuando está sobradamente demostrado que ninguna de ellas es lesiva para la especie que se cace bajo formas ancestrales. Es más, los cazadores de cazas autóctonas, además de ser el segmento más modesto de la población, son los más respetuosos.
UN ABRAZO