Tras un comienzo de agosto intenso de pesca en los Pirineos, ya va siendo hora de colgar la caña. En general ha sido una temporada buena, con unas grandes jornadas de pesca, algún bolo que otro, visitas a sitios cautivadores y jornadas compartidas con buenos amigos.
El empiece allá por abril fue un poco malo… recuerdo el primer día en el rio Baias… había más gente que peces. Pescamos tan solo durante dos horitas porque no se podía ni estar y eso teniendo en cuenta que se abría en Burgos, La Rioja y País Vasco a la vez. Debería de estar la gente más repartida, ¿no? Pues más bien todo lo contrario. O es que somos muchos pescadores ya…
Primer día y un bolo considerable, para mi defensa diré que el día era gris y desagradable.
Luego llegaron mejores jornadas de pesca en Burgos, Cantabria, La Rioja, y campeonatos como el de Bizkaia y el de Euskadi. Qué mal lo hice por cierto, en el de Euskadi me clasifiqué séptimo haciendo un primero de manga en la segunda jornada de pesca… insuficiente para salvar el cero que había pescado horas antes. Algún día os contaré cómo es el mundo de la competición.
Bueno, desde aquí quiero dar mi enhorabuena al campeón Salsamendi, a Josu (segundo clasificado) y al tercero, un chico de Llodio del cual no recuerdo el nombre.
A partir de este punto la temporada cambió, junto con un amigo de Nájera montamos una agencia de guías de pesca, visto que no existía nada en el mercado al respecto, hablamos de guías de pesca de lance. «Life Guías de Pesca» había nacido y ahora casi casi vivíamos en el río. Pero ese es otro tema del que ya hablaremos.
Y llegamos casi al mes de junio donde las salidas al río Ason son obligadas. De nuevo muchísima gente todos los días. Supongo que el tema de la crisis y del paro hace que la gente esté más en el río.
El mes de junio fue para mí el mejor de la temporada. Tuvimos unos días buenísimos de temperatura y sol. Muy interesantes si además lo combinamos con las eclosiones de moscas de mayo y ríos como el Rudrón, Najerilla, Iregua, Nela, Carrión, etc.
El resto de la temporada estuvo condicionada sin duda por la climatología; no es normal tener dos días buenos de sol y cuatro malos de frío y agua. Tanta variación del caudal del agua en el rio no le suele gustar a la trucha.
Sin duda, la temporada ha sido genial, el número total de truchas capturadas (y no es ninguna exageración) y todas devueltas al agua abran superado las 500. Han sido muchos días y sobre todo muchas horas de río, muchísimas.
Cuando la gente dice que no hay truchas, hay que tener en cuenta muchos factores; si bien es cierto que llevamos tres años con muy mala freza por la inestabilidad del agua en invierno, hablamos a nivel general en España.
La contaminación de nuestros ríos también está afectando y cada año más, y también hay que tener en cuenta la gestión de cada comunidad.
Es necesario que nos metamos en la cabeza que si nos llevamos todas las truchas que pescamos a casa, ¿qué dejaremos a nuestro hijos y nietos? Por tanto, ahora más que nunca practiquemos la captura y suelta.
Todavía nos quedan días de pesca, en Pirineos y en La Rioja, pero la apertura de la media veda hace que el perro nos mire con cara de decir ???oye que ahora me toca a mí???. Tal vez a mediados de septiembre hagamos una escapadita por Francia… no hay que perder los buenos hábitos. Por lo tanto, que esto sea un punto y seguido.
Suerte a todos en la media veda.