Somos un grupo de seis amigos cazadores, el menor de 30 años y el mayor de 65, la mayoría nos repartimos entre Bizkaia y Gipuzkoa, sin olvidar a nuestro compañero burgalés. Nos encanta el trabajo de nuestros perros de muestra, de los cuales, tenemos representación de las principales razas preferidas por el cazador vasco, el setter, el pointer y el bretón.
Hemos alquilado para la temporada de caza general, alrededor de 500 hectáreas dentro del acotado de Palazuelos de la sierra, en una zona donde la orografía y la vegetación forman un excelente entorno para la caza de la perdiz con perro de muestra.
No somos gestores del coto ni lo pretendemos, esa es nuestra principal diferencia con el resto de anuncios de cotos de caza, donde el cazador paga al arrendatario del coto un dinero y ya no le ves más el pelo.
A diferencia del caso anterior, nosotros seis vamos a cazar con los otros seis compañeros desconocidos (por el momento) que quieran apuntarse, y lo vamos a hacer en la misma zona y junto a ellos, por lo que se comprenderá que somos los primeros interesados en que se cumpla lo que prometemos (además les daremos las matrículas de nuestros coches como señal de confianza, para su tranquilidad).
En todos los anuncios que hemos puesto invitando a seis cazadores a que se animen a esta iniciativa y en todas las llamadas que hemos atendido hemos sido tremendamente claros, en el coto no hay perdiz salvaje, toda la perdiz es repoblada.
En cuanto al resto de piezas, hemos sido igual de claros y en la web está escrito, la temporada pasada en los pase de día (lo de las tarjetas de temporada es nuevo de este año), tres becadas, parecido número de liebres y poco más, todo aquel que nos dice que quiere cazar liebre, becada, conejo, zorzal le indicamos que éste no es su coto, que no le merece la pena.
Aquel que lo que busca es disfrutar de las muestras de su perros, cazar en un ambiente de caza diferente, sin estrés, entre amigos, que entiende que la cantidad de perdiz abatida no es lo importante, sino los lances vividos y el poder evaluar y compenetrarse más y mejor con su perro, pero que por una vez en su vida quiere cazar en un coto donde sí haya caza, ese es el tipo de cazador que andamos buscando.
No estamos obsesionados, no cogemos al primero que llama, hablamos con él, le escuchamos y si nos parece que encaja, lo comentamos con los compañeros y decidimos.
¿Por qué buscamos seis compañeros de caza? Pues bien, todos nosotros percibimos claramente que la caza salvaje en general y la perdiz roja en particular va en claro declive. A la vez, el precio de los cotos se ha disparado año tras año y parece que ni la crisis hace mella en ello, por lo que se ofrecen una y otra vez los mismos cotos con menos perdiz a diferentes personas año tras año.
Es triste que consideremos como un estupendo coto de caza aquel que en toda la temporada conseguimos bajarle cinco perdices o treinta zorzales o diez becadas, y que año tras año el nivel de exigencia que tenemos con respecto a puntuar un coto baje exponencialmente. Un coto como el descrito anteriormente, hace veinte años, ni siquiera era coto.
Muchos cazadores siguen sin entender que los cotos decentes tienen un precio muy elevado que no está dispuesto a pagar y los cotos buenos están cerrados a cal y canto siendo imposible entrar, por lo que se dedica a tantear cotos año tras año. Cotos que otros cazadores dejaron porque eran pésimos, son ocupados por otros cazadores y así sucesivamente en un círculo vicioso al que parece no vérsele el final y del que le resulta muy difícil salir al cazador.
Nosotros nos paramos a reflexionar y vimos esta realidad, la asumimos y decidimos ponerle una solución que no fuera la tan oída y tajante de «hay que dejar de cazar». Llevamos dos temporadas probando perdices repobladas y hemos dado con las (que creemos) mejores, en cuanto a olor, vuelo, peón, bravura y capacidad de supervivencia. En este tiempo y auxiliados por un compañero que lleva años trabajando y criando perdices, hemos buscado el terreno ideal para la perdiz, con agua durante todo el año, con cobertura vegetal óptima, y con alimento y comederos a su disposición. Está todo listo y con las suficientes garantías para que los cazadores recuperen su afición.
En cuanto a la perdiz de nuestro coto…
El sistema con el que se sueltan las perdices en nuestro acotado, que es al vuelo, y de día, hace que éstas se desperdiguen por el acotado y se muevan, y si a eso le sumamos el reducido grupo de cazadores y la gran extensión de terreno existente hace que la dificultad sea máxima y la satisfacción al encontrar una perdiz, incomparable.
Un miedo que existe es a que el perro coja la perdiz con la boca. En nuestro acotado, en siete años que lleva de existencia, absolutamente ningún perro ha cogido una sola perdiz viva con la boca y eso se debe a varios motivos:
– Primero, la calidad indiscutible de la perdiz, proveniente de La Mancha.
– El hecho de soltarlas al aire, lo que hace que la perdiz no sea atontada previamente, sale en perfectas condiciones.
– El soltarlas de día, con luz del sol, hace que en vuelo tenga una panorámica del sitio de caza, decida donde aterrizar y cuando toca tierra corra y busque protección.
– Finalmente, la vegetación en su mayoría zarza, que permite a la perdiz correr por debajo de ellas tranquilamente mientras que al perro le resulta complicado entrar.
Con el trascurso de los meses, el cazador se encuentra en el acotado dos tipos de perdiz. Las soltadas el mismo día de caza, horas antes, la cual es una perdiz asequible (que no fácil) para cazadores mayores o perros jóvenes, y las perdices que llevan varias semanas en el acotado las cuales requieren de buenas piernas, buenos perros, choques de dos o una estrella y mejor puntería. Por lo tanto, cada cazador con su nivel de perros, su nivel físico y su nivel de exigencia encuentra una pieza a su medida de forma que todos puedan divertirse.
Y lo que permite que tengamos perdices vivas de varios meses en el acotado es muy simple, agua en abundancia, dado que un arroyo cruza la zona de caza y un río lo bordea y comida, dado que se echa trigo por el suelo y en los cerca de diez comederos existentes.
Hablemos de precios…
El precio para la temporada 2010-2011 es de 875 euros por cazador, lo cual incluye el poder cazar desde el fin de semana siguiente a la apertura de la caza hasta el último día de caza, un día a la semana, sábado o domingo, de 9:00 a 15:00 horas. Además en este periodo hábil se realizara la suelta de 768 perdices, repartidas en 18 sueltas semanales de 48 perdices cada una. El cupo por cazador es de 8 perdices al día.
Si hacemos la cuenta sencilla, significaría que por cazador se sueltan en la temporada alrededor de 72 perdices, si dividimos la cuota de 875 euros entre 72, sale la perdiz a 12 euros, más económica de lo que se pagaría en cualquier intensivo. Si a eso le sumamos que en esa cuota va incluida la guardería, el arrendamiento de la zona de caza, los permisos de suelta, el entablillado, el trigo, etc…, os daréis cuenta que la perdiz puramente sale cerca de tres euros o menos y que en esta iniciativa de caza entre amigos no se gana absolutamente ni un duro ni se obtiene ningún beneficio porque ese no es el objetivo, simplemente cubrir gastos para poder cazar con calidad y garantías y poder repetir año tras año las mismas doce personas que este año intentamos sacar adelante esta iniciativa.
Cualquier persona interesada, puede ponerse en contacto a través de la web http://sites.google.com/site/gruposerbal/ , en la zona de descargas, encontrará más información. También puede hacerlo vía Facebook, buscando «gruposerbal» o contactando,a las tardes o los fines de semana, en los teléfonos: 660.768.147 (Mikel) y 607.403.019 (Aitor).