No es habitual subir al puesto a esperar a los bandos de paloma en estas fechas, pero los cazadores que han probado suerte esta mañana no daban crédito. Habituados a las malvices alirrojas y estorninos en esta época del año, a muchos les ha pillado el chaparrón de torcaces sin cartuchos adecuados. Esta mañana decenas de miles de palomas alzaban el vuelo en las Landas francesas y comenzaban su ruta hacia los dormideros extremeños y portugueses donde las esperan millones de compañeras que llegaron hace más de un mes. El espectáculo por las líneas de pase tradicionales ha sido digno de admirar. El goteo de bandos, no muy grandes por cierto, ha sido constante desde primera hora hasta casi las 12:30 del mediodía.
Está siendo un invierno atípico en el norte penínsular y en el sudoeste francés, y esto ha provocado que los movimientos migratorios de las aves hayan sido también extraños. Si bien el pase de la paloma torcaz se produjo y este año benefició a los aficionados que tienen los puestos más cerca de la costa, era por todos sabido que aún quedaban miles y miles de palomas en los extensos maizales de la frontera. Quizás este movimiento inesperado de estos últimos días de diciembre signifique la llegada, por fin, del frío y la nieve.
Con este último movimiento incomprensible de torcaces probablemente muchos cazadores se planteen subir al puesto mañana o pasado. Tal vez la contra pueda propiciar buenas capturas.
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