El intento de apresar a un oso salvaje en Eslovaquia pudo terminar en tragedia, y es que el oso pardo es uno de los animales más conocidos en Europa, donde se calcula que pueden habitan en total unos 15.000 ejemplares. En Eslovaquia pueden vivir aproxidamente unos 1.000 de ellos, pero teniendo en cuenta su pequeña superficie, es común que incidentes como éste se sucedan casi a diario.
En este caso concreto, el animal buscaba comida en los alrededores de una localidad. Como muestra el vídeo, tanto policías como bomberos intentaron capturar al plantígrado, una hembra de 120 kilos que en un principio se comportaba con tranquilidad.
Cuando por fin consiguieron acorralarla y ponerle un lazo en el cuello, el animal se revolvió, se abalanzó hacia el interior del todoterreno y atacó a un miembro del equipo de rescate. Incapaces de reducirlo, los agentes se vieron obligados a abatir al oso.
La mayoría de los osos huye ante el hombre, otro caso es si busca comida o si se le provoca; entonces se siente amenazado y ataca al contrincante. Año tras año se registran en Eslovaquia varios casos de ataque al hombre acompañados de heridas causadas de las zarpas de oso, que, teniendo una longitud de hasta quince centímetros, dejan rasguños profundos.
El oso pardo es una especie protegida y dispararlo sólo es posible en una situación justificada cuando no hay alternativa alguna. Por la gran cantidad de osos pardos que hay en Eslovaquia está permitida la caza legítima de unas 100 piezas anualmente, lo que no amenaza su población.
Fenómenos como el calentamiento global, que conlleva a vivir inviernos más templados y escasos de nieve, promoviendo la llegada temprana de la primavera con la alternación de periodos muy calientes y fríos, hacen que los osos salgan antes de sus agujeros sin pasar un sueño contínuo y suficientemente invernal. Eso los pone en un estado anómalo y su comportamiento puede ser inesperado. Además, los cambios climáticos aumentan la posibilidad del conflicto entre el hombre y este tipo de animal.