Las semillas tratadas están haciendo desaparecer las perdices del campo. Hace veinte años, el presidente de la Asociación para la Defensa del Cazador y el Pescador Vasco Adecap, Juan Antonio Sarasketa, lanzó la voz de alarma. Los cazadores la propagaron «por activa y por pasiva», aunque su denuncia no tuvo mucho eco. Ha habido que esperar hasta ahora para que una investigación auspiciada por esta asociación, la Oficina Nacional de Caza (ONC) y la Federación Española de Caza pusiera de relieve lo que era algo más que una sospecha. Las primeras conclusiones de los científicos del IREC (Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos) atribuyen el declive de esta valorada especie cinegética a los productos tóxicos con que se tratan las semillas del cereal para aumentar su rendimiento.
siembra La primera pista que condujo a las simientes fue la comprobación de que los porcentajes mayores de mortandad se producían tras la siembra, explica Sarasketa. «En agosto, se veían polladas, pero en octubre, en la desveda, se reducían considerablemente. Empezamos a analizar la situación y concluimos que tenían que ser las semillas. Se siembra y se tapa, pero una parte queda fuera. Las perdices se las comían y morían envenenadas. Las analizamos y constatamos que estaban tratadas con cianuro potásico».
Para el presidente de Adecap y la ONC, el dato es alarmante, ya que se trata de semillas autorizadas. «Si esto pasa con las certificadas, con las no certificadas, que suponen el 50% o más de las que se utilizan, puede ser de terror», advierte Sarasketa. Las consecuencias para la especie no sólo se limitan a la muerte de muchos ejemplares. Los que consiguen sobrevivir lo hacen en condiciones de debilidad física tales que incluso la reproducción les resulta inviable y pierden el instinto de conservación.
El responsable de Adecap resalta que también están por ver los efectos del abuso de fitosanitarios en la cadena trófica. Actualmente, el IREC, dependiente de la Universidad de Castilla La Mancha, está estudiando, además de la incidencia de las semillas sobre la calidad de las perdices, dentro del denominado Proyecto Semillas, las consecuencias para un depredador de estas aves, el zorro. «Se están analizando las vísceras de cientos y cientos de zorros y tienen una cantidad de cianuro potásico importantísima, señal evidente de que se comen las perdices. Es todo una cadena que favorece al rendimiento de la agricultura en detrimento de la fauna».
envenenamiento lento Producto de estas prácticas, describe Sarasketa, se detecta «un envenenamiento lento, progresivo, del campo, que hace que se vaya deshumanizando» y que entiende que es preciso «paralizar». Para el presidente de Adecap y la ONC, la «decadencia absoluta a nivel del Estado» de la perdiz no es un problema sólo de los cazadores. «Esto es un desastre, el trigo está tratado, el veneno va a las semillas y luego se hace el pan. La gran pregunta es cómo esto influye en la cadena alimenticia de los humanos». Pero la preocupación no queda aquí. El deterioro de la especie, subraya, es un «proceso lento que está provocando que el campo apenas tenga capacidad de generar vida silvestre».
El Proyecto Semillas continuará durante otros dos años. Las investigaciones se centrarán ahora también en los herbicidas que se utilizan en la siembra de ciclo rápido, adelanta Sarasketa.