El sector
cinegético califico
ayer de «rotundo
fracaso» la
manifestación
convocada el sábado
en Toledo por la Plataforma
en contra de la Ley de Caza
de Castilla-La Mancha, a la
que asistieron unas 600
personas, según los
datos facilitados por la
Delegación del
Gobierno.
Los representantes de la
Federación de Caza
han puesto de relieve que
hayan sido cien las
organizaciones convocantes
de la protesta y que entre
todas ellas no hayan podido
reunir a más de 600
manifestantes. O muchas de
esas organizaciones no
representan a nadie o gran
parte de los 600 reunidos
pertenecen a varias de ellas
a la vez. Ya casi en plan
chulo la Federación
de Caza asegura que solo
una de sus sociedades de
cazadores reuniría a
tanta gente o más
que la Plataforma (en 2008
fueron 300.000 personas las
que asistieron en Madrid a
una manifestación en
defensa de la caza). Por otro
lado, la Plataforma alardea
de haber conseguido
más de 117.000
firmas contra la Ley a
través de Internet, lo
cual llama poderosamente la
atención dado el
ínfimo porcentaje de
firmantes que a la hora de la
verdad se han sumado a la
protesta en la calle. La
preocupación por lo
que depare la Ley de Caza
no debe ser muy grande para
ellos.
No dudamos de que la
Plataforma tenga
razón en algunos de
sus planteamientos contra la
Ley, pero
básicamente se
están guiando por
argumentos
demagógicos e
ideológicos y a veces
por bulos que no dicen nada
a su favor. Hay que apostar
por la mejor ley de caza
posible y porque la actividad
cinegética en
Castilla-La Mancha siga
siendo fuente de ingresos y
de mantenimiento de puestos
de trabajo, lo cual no debe
impedir que se respeten las
normas de protección
del medio ambiente y de los
animales. Ante cuestiones
como esta, en la que hay
tantos intereses en juego y a
la vez tan expuesta a los
planteamientos
demagógicos, es
cuando hay que extremar las
precauciones y actuar con
sensatez, pensando en el
bien de la mayoría y
en que Castilla-La Mancha es
esencialmente una
región de cazadores.