Vienen siendo ya demasiadas las ocasiones en las que las iniciativas de las sociedades destapan las vergüenzas de los representantes de los cazadores guipuzcoanos. Ocurrió con el cierre de la caza en Ulia, cuando un preocupante silencio federativo provocó que las sociedades de caza afectadas se movilizaran pese a las reticencias de la federación y defendiesen los derechos de los cazadores frente al Ayuntamiento de Pasaia. En ese mismo acto expresaron su malestar hacia los responsables de sus órganos representativos al abuchear al presidente, José María Usarraga.
La triste actualidad nos pone en evidencia los continuos actos de sabotaje que sufren los cazadores a modo de destrozos de los puestos de caza y vehículos, a cargo de intolerantes que se esconden bajo la bandera de un ecologismo autoritario.
No sorprende que la Diputación, que administra la caza, olvide los derechos de quienes la practicamos. Sanciona a los que se saltan las normas con mano de hierro, pero mira para otro lado cuando los infractores son grupos anticaza.
Lo que sí asombra es la pasividad real de nuestros representantes cinegéticos en Gipuzkoa que, adornada de escándalos electorales, empieza a preocupar a muchos federados que no ocultamos nuestro malestar ante tanta mentira e ineficacia.
Y no me refiero precisamente a figurar en MD diciendo lo que le da la gana al presidente, sino a que no existen resultados constatados de soluciones los problemas reales de los cazadores en Gipuzkoa y a los hechos me remito.
Pk mira Bildu pa otro lado?